El estilo del MX-5 es el del roadster clásico, un biplaza de tracción trasera con techo de lona. Es muy ágil y divertido de conducir y se muestra especialmente efectivo en las carreteras más reviradas.

Es estable y, a pesar de su aspecto, cómodo de suspensiones. En algunos aspectos resulta poco práctico (por su reducido habitáculo), pero es un coche diferente, para disfrutar conduciendo.

Análisis

Prestaciones. El motor gasolina de dos litros es de origen Ford y, con sus 160 caballos y cambio manual de seis velocidades, ofrece un rendimiento excelente para un vehículo de ese tipo. Acelera y recupera con rapidez, pero también resulta suave y fácil de conducir en el tráfico urbano, pues funciona perfectamente a pocas vueltas. El cambio de marchas, aunque un poco duro, tiene unos recorridos cortos y precisos.

Equipamiento. El interior del MX-5 está realizado con materiales de excelente calidad y ajuste, con un diseño deportivo y una gran sensación de solidez. El acabado Sportive incluye todo lo importante en seguridad y muchos detalles de refinamiento, como un excelente equipo de sonido Bose con cargador frontal de CD, tapicería de cuero, faros de xenon y asientos con calefacción.

Vida a bordo. Este tipo de vehículos no son para los que buscan comodidad. El espacio es escaso. Hay pocos huecos para dejar objetos (hasta la chaqueta hay que meterla en el maletero) y la insonorización no es algo que esté especialmente conseguido. El maletero, con 150 litros, es muy pequeño y los arcos de seguridad son sólo un adorno (algo difícil de entender), pero estos inconvenientes se olvidan cuando se disfruta de su divertida conducción.