El estadounidense Malcolm Glazer, propietario del Manchester United, falleció este miércoles a los 85 años de edad según se anunció en la web de su otra gran propiedad deportiva: los Tampa Bay Buccaneers  de fútbol americano. Nacido en Rochester (Nueva York) en una familia con siete hijos, Glazer residía desde hacía muchos años en Palm Beach (Florida) con su esposa, Linda. Deja seis hijos y catorce nietos.

Glazer revolucionó el fútbol americano con su forma de gestionar los Buccanners, cuya franquicia modernizó y a la que llevó a ganar la Super Bowl en 2003, la única final que disputaron. En el fútbol desembarcó en marzo de 2003 con un testimonial 2,9% de las acciones del United que fue aumentando progresivamente hasta el 28,5% que poseía en mayo de 2005. Un empresario de éxito que desembarcaba en un deporte minoritario para Estados Unidos.

Pero el United era un negocio goloso pese a tratarse de un deporte  no especialmente estadounidense y él siempre fue un hombre de negocios. En mayo de 2005, tras varios intentos anteriores sin éxito, desplegó una nueva ofensiva que le dio primero un 59,6% del accionariado y un 75% días después. Hoy en día su presencia está cercana al 98 %. Y sin embargo nunca se le quiso en Manchester.

Glazer, el hombre que aprobó la venta de Cristiano Ronaldo al Real Madrid, no caló entre la afición pese a que con esa operación, y con otras iniciativas, enjugó las pérdidas y convirtió al club en el más rico del mundo durante varias temporadas. Pintadas como Love United, Hate Glazer ("Amor al United, odio a Glazer") se hicieron muy populares.