Ewan hizo un esprint prácticamente perfecto desde su preparación y colocación -a rueda de Ackermann, primero-, hasta la elección de la vía correcta y con una ejecución poderosa con la que no dio opción alguna ni a Démare (Groupama-FDJ), Ackermann (BORA-hansgrohe) o Elia Viviani (Deceuninck-Quick Step).
Con sus 1,65 metros de altura, el pequeño velocista australiano le ganó la batalla esta vez a Démare. El francés no pudo repetir el éxito de este martes pese a cogerle la rueda e intentar pasar por su izquierda. Sí dio la sensación de que con dos o tres metros más hasta la meta podría haberse impuesto, pero Ewan fue mejor esta vez.
El del Lotto Soudal, que a sus 24 años suma ya 34 victorias en su carrera, repite el éxito de la octava etapa entre Tortoreto Lido y Pesaro. Esta vez, en un final en Novi Ligure con un falso llano y ligerísima pendiente ascendente, demostró que su explosividad está, cuanto menos, al mismo nivel que los velocistas puros más 'top'.
Sin cambios en la clasificación general, con la 'maglia rosa' a cargo del italiano Valerio Conti (UAE-Team Emirates), aunque sí en la 'maglia ciclamino' de la regularidad que pasa de Ackermann a Démare, la etapa parecía destinada a la llegada masiva al contar con una única fuga de tres aventureros que fueron cazados a 25 kilómetros de la meta.
Su escapada se fue hasta los 195 kilómetros compartidos, en una conversación a tres bandas entre Mirco Maestri (Bardiani-CSF), Marco Frapporti (Androni) y Damiano Cima (Nippo Vini Fantini). Pero cuando quedaban unos 25 kilómetros para el final, y se giraron y vieron el ritmo del gran grupo, se dieron la mano y se dejaron atrapar.
En la preparación para la batalla final no hubo caídas, apenas algún susto por los varios roces entre los equipos de los esprinters y de los propios gallos, con un Viviani y un Ackermann que sacaron sus codos a pasear. Pero esta vez nadie, ni el alemán con la lección del martes -tras su aparatosa caída- aprendida, probó el suelo de Novi Ligure.
Después de la jornada de descanso del lunes y de dos etapas totalmente llanas consecutivas, este jueves se prepara ya un cambio de escenario. La duodécima etapa partirá de Cuneo y llegará a Pinerolo tras 158 kilómetros y con el primer puerto de 1ª categoría en este Giro, un Montoso de 8,8 kilómetros al 9,5% de pendiente a 32 kilómetros de la meta que podría tener suspense.
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