Más de 30.000 metros de desnivel acumulado en seis etapas, escenarios únicos y una organización de primera siempre vigilante. Son los ingredientes de la Everest Trail Race, una de las carreras por etapas más duras del mundo y que este jueves se presentó en Madrid en un escenario acorde, la librería Desnivel.

La puesta de largo madrileña de la carrera corrió a cargo de su director, Jordi Abad, ingeniero maestro de una compleja infraestructura de carrera que facilita todo lo necesario al corredor: "Ellos solo tienen que correr", comenta Abad. No es una sencilla empresa, porque hay seis etapas y a cual más dura: alguna encadena tres kilómetros verticales seguidos. Luego, cosas como citarte con el Everest de frente al final de una etapa compensa.

Tras la exitosa pasada edición, que contó con el actual campeón del mundo de trail, Luis Alberto Hernando (acabó segundo), en 2018 repite otra estrella del trail mundial, Jordi Gamito, al que acompañará su amigo y rival Pau Capell. ¿Podrán acabar con la leyenda de la carrera, en la que nunca ha ganado un occidental?

Pero no hablamos solo de una carrera de montaña. La Everest va mucho más allá, comportándose como una experiencia vital en la que medio centenar de atletas, profesionales o populares, conviven y sufren durante una semana, creando lazos que perduran durante años. Los hay incluso que vuelven al año siguiente, y al siguiente...

A cuatro meses del comienzo de la ETR, todavían quedan dorsales para correrla...y andarla. Y es que los atletas pueden acudir a la prueba con acompañantes que también tendrán la opción de disfrutar, a paso más pausado, del Everest y su escolta de ochomiles. "Si te gusta la montaña y correr, es una experiencia que debes vivir una vez en la vida, y al final la carrera es barata para todo lo que te ofrecen", resumen Sergio Arias y Javier Pardo, dos corredores de la última edición.