Este año tampoco

El Atlético desperdicia sus pocas opciones europeas dejándose empatar al final y fallando lo indecible
Fernando Torres intenta llevarse el balón ante Costa, del Espanyol.
Fernando Torres intenta llevarse el balón ante Costa, del Espanyol.
Dalmau / EFE
Fernando Torres intenta llevarse el balón ante Costa, del Espanyol.
Si algún aficionado del Atlético llegó a pensar que su equipo no se clasificará para Europa por los errores arbitrales, tras lo visto ayer en Montjuïc bajó de la nube. Y es que, cuando ya parecía superado, y cuando más daño puede hacer, el síndrome Bianchi ha vuelto a poseer y a agarrotar al conjunto rojiblanco. Los síntomas que definieron al vulgar Atlético liderado por el ex del Boca  afloraron ayer a todo color ante el Espanyol. De entrada, un inocente tiro de Gabi, al filo del descanso, fue el pírrico bagaje ofensivo que se llevó el equipo madrileño a la caseta.

Desastroso Torres

El Espanyol, por su parte,  puso a prueba el excelente estado de forma de Franco por mediación de Corominas, que desperdició una clara ocasión también en el primer acto. Por lo demás, no hubo muchas más opciones de gol, pero el Espanyol trenzó un juego más fluido y osado que el de su apático rival.

Tras el intermedio, Gabi, ahora sí, rompió el 0-0 de tiro lejano. El Espanyol se volcó y dejó lagunas atrás que aprovechó Torres para generar una infinidad de ocasiones de gol y, como últimamente acostumbra, fallarlas todas. No así Pandiani, quien, tras el acoso españolista, fijó de cabeza el 1-1 definitivo, dio oxígeno a un muy necesitado Espanyol y postergó el sueño europeo del Atlético para mejores épocas.

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