El Espanyol sigue en racha. Volvió a demostrar que es uno de los equipos que mejor fútbol practica en Primera División y solventó su partido contra el Villarreal con suficiencia y autoridad. Venció por 3-0 y dejo claro que este año apunta a la Liga de Campeones.
El partido se resolvió en la primera parte: el Espanyol salió como un tiro y sorprendió al Villarreal por la mano. Incisivo, rápido y ambicioso en ataque, en el minuto 13 ya ganaba por 2-0, con goles de Tamudo y Valdo.
Tamudo fue el rey del partido: bajo su liderazgo, el equipo de Ernesto Valverde jugó de manual. El Espanyol tocó con profundidad y criterio hacia dos de los puntas más rápidos, habilidosos e incisivos de la Liga: Tamudo y Luis García. Ambos forman una pareja letal y ambos se bastaron para desarmar a un blando Villarreal, que pasó desapercibido por el estadio de Montjuïc.
Sin fútbol en la segunda parte
Jugando a placer, sin rival que le pusiera en apuros, el Espanyol siguió a lo suyo: jugar y marcar. Tamudo hizo el doblete en el minuto 35 a la salida de un córner, aprovechándose una vez más de la indolencia defensiva del Villarreal. Y ahí se acabó el partido. El Espanyol pensó que ya era suficiente: bajó el pistón y empezó a administrar su ventaja.
En la segunda parte no hubo nada reseñable. Por no haber no hubo ni fútbol, tan solo un gol fantasma de Tamudo que pudo suponer el 'hat-trick' del delantero espanyolista. Pero el árbitro no lo vio. Dio igual: la afición despidió a Tamudo cuando fue sustituido como a un héroe, con una ovación de las que hacen época y que hizo extensiva a un equipo que está en racha y que lleva 14 partidos sin perder.
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