José Antonio Escuredo, un pata negra en el velódromo

  • El catalán, uno de los mejores ciclistas de pista de la última década, brilla con 41 años.
  • Representó a Extremadura en los últimos Nacionales de Pista tras dos años sin competir.
  • Suma 32 títulos nacionales desde que se acercó a la bici con 9 años.
José Antonio Escuredo, en el podio.
José Antonio Escuredo, en el podio.
Luis Román / RFEC
José Antonio Escuredo, en el podio.

Un empresario de 41 años afincado en Extremadura por sus negocios relacionados con el porcino logró este fin de semana el oro en la prueba de velocidad de los Nacionales de Ciclismo en Pista.

Dicho así impacta, claro, pero el protagonista es José Antonio Escuredo, todo un subcampeón olímpico y mundial que en el palmarés tiene la friolera de 32 títulos nacionales. Un pata negra en los velódromos. "¡Cuántas veces me habrán dicho eso mismo!", ríe.

El catalán (1970) dejó de competir en 2009, tras 30 años de una bici que le dio sus grandes éxitos pasada la treintena (plata olímpica con 34; plata mundial con 36), cuando se pierde la explosividad tan vital en los velódromos.

Él, hiperactivo, tan curioso que nunca tuvo un preparador físico, por entonces ya empadronado en Zafra (Badajoz), ávido de otros deportes y con un negocio por el que mirar, ponía así final a una vinculación que arrancó siendo niño, con nueve años. "Tenía 39 años, había acabado quinto en la Copa del Mundo y había tenido buenos resultados. De alguna forma era marcharme en lo alto. Tenía piernas para seguir, pero pensé que poco más podría conseguir", recuerda.

"Pero comencé a colaborar con el STRYC [el proyecto de un equipo nacional de pista que impulsa en el Palma Arena de Palma de Mallorca el genial Joan Llaneras] y con el tiempo también pensé en probarme. Y mira. En los Nacionales algún corredor, como David Alonso, me recordaba que le sacaba sólo dos años a su padre", dice un Escuredo que también trabaja junto a la Federación Española de Ciclismo.

¿No habrá gente que piense que su vuelta y su éxito es la confirmación de los males de las disciplinas de velódromo?, se le pregunta. “Sí, seguro. La pista está pasando unos momentos complicados”, admite antes de añadir: "La época dorada en la pista será difícil de repetir; una época en la que coincidieron talentos como Joan Llaneras, como Sergi Escobar, un grupo de un valor deportivo increíble. Hemos vivido una burbuja deportiva en el sentido de que los éxitos no se correspondían con la base. Éramos cuatro gatos, pero parecíamos una superpotencia. La pista exige especialistas puros, no se puede pretender que, por poner un ejemplo, un Alberto Contador destaque en los velódromos. Los sprinters de la ruta serían fondistas en pista, no velocistas. Los velocistas no pueden compaginar el velódromo con la ruta con buenos resultados. Ni a nivel de masa muscular es posible".

Escuredo es realista. Recalca que será difícil que vuelvan esos tiempos. "Y se ha empezado con mucho retraso la apuesta por una nueva camada. Este ciclo olímpico está casi perdido”.

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