Ullrich, cuya vinculación a la red de dopaje del doctor Eufemiano Fuentes acabó obligándole a la retirada, no ha reconocido en ningún momento que recurriera a ayudas externas para mejorar su rendimiento. «No sé si quería doparse, pero lo hizo porque todos lo hacían»,  explicó D’Hont, cuyas memorias han agitado las conciencias de varios ex ciclistas y corredores, menos la de Ullrich.

«Sería bueno para él que pusiera todo sobre la mesa, se sentiría más liberado», le aconsejó D’Hont. La EPO, la sustancia de la polémica, es una hormona que estimula al cuerpo la creación de glóbulos rojos, que son portadores de oxígeno. Su consumo permite una mejor oxigenación y más resistencia ante la fatiga.

Baile de confesiones

Jeff d’Hont y sus polémicas Memorias –publicadas en Bélgica– han conseguido en unas semanas que hasta siete ciclistas, como Erik Zabel o el ya retirado Bjarne Riis –ganador del Tour de 1996–, y tres médicos hayan reconocido la utilización de EPO. Pese a la polémica surgida en Alemania por las prácticas del Telekom, el T-Mobile, heredero de aquel equipo, se mantendrá en el ciclismo por el momento.