Eli Gordón: "Me controlo en todo, pero una cosa me pierde: los dulces"

La corredora Eli Gordón.
La corredora Eli Gordón.
Raúl Rodríguez
La corredora Eli Gordón.

Eli Gordón engaña. Liviana como una pluma, ha llegado a la elite del trail running a base de fuerza y coraje, cualidades que ya paseó hace un año en Chamonix, ganando la OCC. En Suráfrica aspira a casi todo, aunque el podio de las Golden le queda algo lejos.

-¿Qué tiene la montaña que engancha tanto?

Supongo que el ambiente, correr en diferentes sitios...

-¿Cómo fue ganar la OCC?

Increíble, fue la carrera que me catapultó. Iba corriendo y no me creía que fuera la primera, hasta que en la bajada ya me dije: "No me pueden pillar". Ya ni me acuerdo de lo que pensaba, solo quería llegar.

-¿Qué tiene que sacrificar para mantener su nivel?

No sacrifico mucho, pero no me arrepiento porque hago lo que me gusta. Los fines de semana intentó aprovechar madrugando mucho y luego llego a casa para comer. Por suerte mi pareja me ayuda mucho. Solo tengo una debilidad que me cuesta sacrificar: los dulces, me pierden.

-¿Es de las que se come mucho la cabeza?

Le doy bastante al coco, porque me gusta tenerlo todo controlado.

-¿Le gustaría ser profesional del trail?

Es que a mi me gusta mucho mi trabajo. Me gustaría seguir trabajando y compaginarlo con el trail, pero trabajar menos horas. ¿24 horas pensando en el trail? Quizás una temporada sí, pero creo que a la larga no querría.

-¿Cómo aguanta mentalmente esas temporadas, no quema?

La verdad es que quemada no estoy, pero sí creo que necesito un parón. Es un año muy largo, mucho estrés, las competiciones, los viajes, compaginar todo para que me den días libres en el trabajo... no es fácil.

-¿Cómo se le pierde el miedo a bajar a toda la velocidad de roca en roca?

Sin pensar. Si piensas que te vas a caer, prepárate porque te caerás.

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