Primero será la montaña simpática y después la malvada. Una tras otra, el Sisha Pangma (8.027 metros) y el Annapurna (8.091), muescas que restan en la carrera de Edurne Pasaban por ser la primera mujer en escalar los catorce ochomiles del planeta.

Edurne, que cuando no escala estudia másters, da conferencias o proyectos como el de ‘keep walking’ (de la mano de Johnny Walker), comienza este jueves su carrera contrarreloj. El objetivo es superar pronto el obstáculo del Sisha Pangma, allí donde fracasó en otoño.

Después, rumbo al ‘maldito’ Annapurna: "Una montaña donde corres peligro en todo momento", asegura Edurne, lista para topar allí con su gran rival, la coreana Sun, que "supuestamente" acumula trece cimas supremas.

Ese adverbio lo pone Ferrán Latorre, compañero de expedición: "No se han visto las fotos de algunas cimas y la última, el Kanchenjunga, no estaba clara". Edurne escucha y calla. Sabe que cinco expediciones coreanas aguardan en el Annapurna. ¿Para qué tantas?

Ha querido el destino que las dos últimas citas del proyecto traigan al recuerdo un amigo perdido, Iñaki Ochoa de Olza, estímulo que sirvió a Guardiola el sábado para arengar a su Barcelona. "Subiremos al Sisha por la ruta que él abrió y llegaremos al Annapurna, donde  murió".