Denuncian la existencia de dopaje generalizado en el ciclismo

  • Robert Sassone fue corredor en el equipo Cofidis.
  • Lo dijo en el juicio donde se investiga una red de productos dopantes.
  • El ciclista señaló que, sin embargo, existen algunas excepciones.
El ciclista francés Robert Sassone, ex del Cofidis. (Reuters)
El ciclista francés Robert Sassone, ex del Cofidis. (Reuters)
Benoit Tessier
El ciclista francés Robert Sassone, ex del Cofidis. (Reuters)
El ciclista francés Robert Sassone, acusado en el "caso Cofidis" que investiga las prácticas dopantes en el seno de ese equipo entre 2001 y 2004, aseguró hoy que "casi todos los corredores del pelotón,
salvo algunas excepciones" consumen productos prohibidos.

El corredor hizo estas declaraciones en la primera jornada de la vista que juzga a siete ciclistas, un médico, un director deportivo y un farmacéutico el Tribunal Correccional de Nanterre (en las afueras de París).

La presidenta del Tribunal, Ghislaine Polge, ha destacado "el peligro físico, la locura y la muerte" que puede provocar el dopaje de los ciclistas.

Se lo ha dicho al médico de origen polaco Boguslaw Madejak, uno de los acusados, quien ha confesado que ayudaba a doparse a ciclistas polacos para que pudieran hacer carrera en el pelotón internacional.

Además de Sassone, se sientan en el banquillo los ciclistas Massimiliano Lelli, David Millar (campeón del mundo contra-reloj en 2003), Philippe Gaumont, Médéric Clain, Marek Rutkiewicz y Daniel Majewski.

Están acusados de "infracción a los reglamentos sobre el comercio y el empleo de sustancias venenosas" y/o "incitación al uso de productos o procedimientos dopantes o ocultación por un deportistas que participa a una competición o a una manifestación deportiva".

Los mismos cargos pesan contra un director deportivo de una formación de tercera división, Oleg Kozlitine, y un médico, Boguslaw Madejak, juzgado también por "ayuda al uso" de productos dopantes.

Al farmacéutico parisiense Pierre Ben Yamin se le reprocha el haber "entregado sin receta un medicamento o un producto" clasificado como sustancia venenosa, delito que está penado con un máximo de dos años de prisión.

Los principales acusados pueden ser castigados, por su parte, con un máximo también de dos años de prisión y 3.750 euros de multa por la adquisición o cesión de sustancias dopantes y 75.000 euros de multa por la incitación al dopaje.

Está previsto que el juicio quede visto para sentencia el próximo viernes y el tribunal podría haber pública su deliberación tres o cuatro semanas después.

Antecedentes

La investigación de este nuevo asunto de dopaje en el ciclismo francés arrancó en la primavera de 2003 tras la recepción de una información anónima que señalaba a un médico de Cofidis, el polaco Boguslaw Madejak, alias "Bob", como el centro de un tráfico de EPO.

A diferencia del caso Festina, el magistrado no detectó en Cofidis una red organizada de dopaje, sino "una suma de comportamientos individuales ilícitos en un medio fuertemente marcado por la toma de medicamentos y de sustancias prohibidas", según resume la requisitoria.

Según la acusación, los ciclistas en el banquillo multiplicaban sus fuentes de aprovisionamiento de sustancias ilícitas en los países del Este, España y en Italia

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