En una semana marcada por las remontadas increíbles, el Valencia intentó la suya, pero no fue posible. La efectividad de la dupla de atacantes del Arsenal –Aubameyang, sobre todo, y Lacazette– dejaron a los de Marcelino sin el sueño de jugar la final de la Europa League. El fútbol español, como consecuencia de una semana fatídica, no tendrá representación en ninguna de las dos finales continentales.

Y eso que el choque no pudo empezar mejor para los valencianistas, con dos ocasiones para meter miedo a los gunners. Primero fue Gayá y después Guedes los que avisaron en lo que fue un preludio del tanto que iba a llegar, cuando Gameiro aprovechó un gran pase de Rodrigo.

Fueron minutos para soñar en Mestalla, con los de Marcelino sacando su mejor fútbol y Rodrigo acariciando el segundo. Lo evitó, él no quería, Gameiro, que no tuvo suerte.

Pero en medio del gran fútbol che llegó el mazazo. Poca contundencia atrás de la zaga local y Aubameyang no lo perdonó. Control y zarpazo desde fuera del área para marcar un gol vital para su equipo.

Estuvo cerca de sentenciar Lacazette con un remate al palo tras jugada de Aubameyang, y a la segunda no perdonó el delantero galo, cuyo tanto ponía casi imposible la remontada al Valencia, que necesitaba cuatro goles.

El primero de ellos no tardó en llegar, en una jugada extraña en la que Gameiro, oportunista, marcó a placer. Aunque no fue más que un espejismo, pues con los locales buscando la épica, Aubameyang de nuevo castigó a los de Marcelino con un gran remate a un centro desde la banda derecha.

Al Valencia hay que reconocerle que jamás se rindió, pero un Aubameyang en absoluto estado de gracia se sacó otra jugada maravillosa de la chistera, fusiló a Neto y dejó un resultado duro en Mestalla. A los che les quedan eso sí, grandes desafíos esta temporada: primero lograr la clasificación para la Champions, y después  una final, la de la Copa del Rey ante el Barça el 25 de mayo.