Ferrari ha vuelto a la victoria en el GP de Italia nueve años después. Charles Leclerc, que partía desde la pole, supo aguantar los ataques de los Mercedes y lo tuvo que hacer sólo, ya que Sebastian Vettel cometió un clamoroso error por el que fue sancionado y acabó fuera de los puntos, 13º.

A Carlos Sainz le ha vuelto a perseguir la mala suerte, y abandonó cuando iba sexto por una rueda mal puesta en boxes. Segundo KO consecutivo para el español, y de nuevo no fue por un fallo suyo.

La fiesta vivida tras la carrera bajo el podio de Monza lo resume todo. Una carrera vibrante, en la que Leclerc no tuvo clara su victoria hasta los instantes finales, ya que durante buena parte de la prueba Lewis Hamilton se lo rebatió, hasta que sus neumáticos se destrozaron y dejó su lugar a Valtteri Bottas.

Si Leclerc fue la cara para los miles de tifosi, la cruz fue Sebastian Vettel. El alemán, que lleva ya un tiempo muy descentrado, cometió un grosero error en las primeras vueltas. Después un trompo (que hizo él solo, sin que nadie le apretase o estuviese luchando por posición) se reincorporó de manera muy peligrosa a pista. En el regreso al asfalto, se dio contra Lance Stroll, que a su vez también volvió de manera igualmente ilegal.

El castigo fue un stop&go de 10 segundos para el alemán (máxima sanción en pista a excepción de la exclusión con bandera negra) y un 'drive through' para el canadiense, ya que no chocó con nadie.

Sin Vettel ayudándole, Leclerc se quedó sólo en su defensa sobre Hamilton en la primera parte de la carrera. Tanto fue así, que incluso llegó a rozar la ilegalidad. El duelo entre ambos se llevó al límite e incluso el británico se vio por la tierra al intentar pasar al de Ferrari.

Sin embargo, no fue el líder del Mundial quien le complicó la vida en las últimas vueltas, sino un Bottas cuya estrategia casi traer premio. La presión del finlandés sobre el líder de la carrera fue tal que incluso le llevó a salirse en una de las últimas curvas, pero no era el día de Mercedes, ya que el propio Bottas también se fue largo y de tener la victoria a medio segundo se le fue a más de uno a falta de una vuelta.

Era casi imposible que se le escapase esta victoria a un Leclerc que hizo estallar de júbilo a todos los ferraristas presentes en Monza. Nueve años después de Fernando Alonso, los tifosi celebraron una victoria de Ferrari en casa.