El rostro de Amaya Valdemoro era el fiel reflejo de la felicidad. La mejor jugadora de la historia selección femenina de baloncesto estaba exultante un día después de la conquista del oro en el Eurobasket femenino, no paró de reír de bromear y de dar besos y abrazos a todo el que lo requiriera.

Tras muchos años defendiendo la camiseta de España, tanto ella como Elisa Aguilar dejan la selección en lo más alto y en manos de una generación que apunta a lograr un buen número de éxitos.

"Está generación que viene va a tener muchas medallas, un campeonato así tan perfecto es difícil de repetir. Está Alba, Marta Xargay, Laura Gil, Cristina Ouviña, Laura Nichols, Leonor Rodríguez... Antes solo se oía mi nombre, o el de Elisa, pero ahora vienen muchas, 15 jugadores para elegir, es increíble", resalta Amaya con ilusión.

El rol más secundario de las veteranas en el torneo es algo que no tiene importancia para ellas, como señala con rotundidad Elisa Aguilar: "Cuando vienes del infierno, de pasar dos años complicados como los que hemos pasado, a nivel personal me daba igual todo, solo quería ganar. Tanto Amaya como yo hemos tenido un rol más secundario, pero nosotras encantadas de la vida porque el objetivo era ser un equipo y así es como se consiguen las cosas. Cuando no hemos sido equipo ha sido cuando no nos han ido bien las cosas".

La mezcla entre veteranía y juventud, muchas veces explosiva, ha sido la clave del éxito para Cindy Lima. "Ellas tienen la rapidez y el talento. Nosotras la sensatez, la calma en determinados momentos. Es una combinación letal", a la vez que se sorprende de la juventud de algunas de sus compañeras, "Hay gente aquí que es insultantemente joven, el otro día no sabían quién era Miliki", bromea.

El buen rollo que desprende esta selección es impresionante. "Míranos a Elisa y a mí (señalando una foto en la que sale sonriente junto a su compañera de selección). Felicidad, sinceridad y amor de amiga. Es mi otra hermana", dice Amaya emocionada.

"Estamos súper contentas, yo creo que se nos ve. El final del partido fue una pasada. Ayer (domingo) fue el partido que nos dio el oro, pero desde el principio del campeonato ha sido así. Ganamos a Rusia, que era hasta ahora el campeón de Europa, y nos dio un subidón que no veas. A partir de ahí tuvimos sensaciones buenas y divirtiéndonos, disfrutando", recuerda Elisa, que cree que han "transmitido que trabajamos y que somos un equipo tanto dentro como fuera, que es lo a la gente le gusta, ver un equipo con sal y pimienta".

No todo es alegría en el baloncesto femenino español. La crisis afecta y mucho a este deporte y las jugadoras de la selección no solo no son ajenas a ello sino que además lo viven en sus carnes.

"Ahora mismo es supervivencia, hay que apretarse el cinturón, las jugadoras están teniendo que marcharse fuera por tema económico, pero aún así yo creo que hay una muy buena liga española y se está promocionando mucho  a la gente España. Es un ciclo y la liga española pronto volverá a ser entre las 3 mejores de Europa.  A todos nos gusta jugar en casa, a mí no me apetece irme a -40 grados, prefiero estar aquí, pero son circunstancias de la vida, la economía es la que manda", nos cuenta Elisa Aguilar, que la próxima temporada jugará en el Katowice polaco en el que posiblemente sea el último año de su carrera deportiva antes de colgar las botas.

Amaya muestra un punto optimista y confía en el regreso de las grandes jugadores españolas, pero reconoce el momento tan complicado que vive su deporte: "Está difícil, pero la federación está haciendo todo lo posible para seguir luchando y creciendo. La crisis se está notando en la vida laboral, pues imagínate en el deporte femenino".

Cindy volverá la temporada que viene a jugar a la liga española después de muchos años, pero lo hará perdiendo dinero y solo por su deseo de volver a España. "La crisis que hay en España ha llegado a todas partes, pues al deporte femenino no iba a ser menos. Yo vuelvo a casa después de muchos años fuera, ya me apetece y es un proyecto emocionante, he estado en 15 equipos diferentes, renunciando incluso a dinero. Tiene un punto de sacrificio, pero el dinero no mueve mi vida. Lo necesito, como todo el mundo, hay que pagar la hipoteca, pero a partir de ahí no es mi máxima motivación", afirma.

Para Amaya y Elisa ha llegado el final del camino con la selección. Una despedida perfecta para dos jugadoras únicas. Valdemoro ya sabe cómo superará el 'mono' de la selección: "Iré a verlas y a animarlas, seguro que nos van a dar muchos éxitos. No se me ocurre mejor plan para los veranos".