El Deportivo avisó primero con un disparo lejano de falta del cántabro Pedro Munitis que Viera logró despejar no sin complicaciones, y la respuesta del Villarreal no se hizo esperar gracias a un incisivo Juan Román Riquelme, que movió al "submarino amarillo" a su antojo en los minutos iniciales.

El internacional albiceleste sacó a relucir su excelente visión de juego y su potente disparo para amedrentar a los deportivistas, aunque los que se encargaron de enmudecer al respetable de Riazor fueron el brasileño Senna, con un zapatazo desde la frontal, y el andaluz José Mari, que remató de cabeza al larguero.

Caparrós dio entrada a Sergio González en el comienzo de la segunda parte para intentar apoderarse del centro del campo, pero la apuesta no intimidó al Villarreal, que se encontró cómodo incluso cuando el Deportivo trató de llevar la iniciativa.

Los de Pellegrini sacaron el libro para ajusticiar a los coruñeses a los once minutos de la reanudación tras una falta sobre Sorín en la frontal del área deportivista, que Riquelme ejecutó con maestría sobre la barrera que dispuso Molina, quien no pudo sacar el esférico.

El técnico deportivista trató de emprender la reacción con el uruguayo Sebastián Taborda, en detrimento de un desaparecido Diego Tristán, y con el canario Rubén Castro, que se incorporó al terreno de juego en lugar del centrocampista canadiense Julien de Guzmán.

Pero el Villarreal no dio la oportunidad de levantar la cabeza a los deportivistas, y en un contraataque, poco después de otro que había desperdiciado José Mari, Sorín sentenció la contienda aupando a los castellonenses a la Liga de Campeones.