La normalidad que presidió los aledaños del Santiago Bernabéu durante la mañana y la tarde del domingo se trasladó por la noche al interior del estadio del Real Madrid, donde River Plate se impuso (3-1) a Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores 2018.
En el césped, además, reinó la deportividad una vez que el árbitro señaló el final. Los jugadores de River Plate se acercaron a consolar a sus rivales, algunos de los cuales lloraron tras perder en la prórroga el Superclásico de todos los Superclásicos del fútbol argentino.
Se pudo ver por ejemplo a Pratto y a Pity Martínez, ambos goleadores, acercándose a varios rivales. Entre los más afectados estaba el capitán xeneize, Pablo Pérez. Un gesto más edificante que el de Darío Benedetto celebrando el 1-0 ante Montiel.
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