El futuro de los deportistas retirados: cuando la carrera empieza en la meta

  • La retirada supone un 'shock' tremendo para el deportista.
  • La pérdida de popularidad y de confianza son la mayor frustración.
  • "Es imprescindible seguir unos estudios y asumir que la retirada llega".
Instantánea de una pista de atletismo y su línea de meta.
Instantánea de una pista de atletismo y su línea de meta.
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Instantánea de una pista de atletismo y su línea de meta.

"El momento más difícil". Esa es la frase más repetida por los ex deportistas cuando recuerdan el punto y final de su carrera deportiva. Significa el adiós a muchos años de esfuerzo, disciplina y sacrificio físico y mental. No todos están preparados.

El último en cumplir el ciclo fue el portero de balonmano del FC Barcelona y de la selección española, David Barrufet, que colgará las botas a final de temporada: “Me tenéis muy visto y no quiero hacerme pesado. Además, no me veo jugando con 40 años”.

Pero, ¿y después qué? Ese día comienza una nueva vida para ellos, alejados de las pistas de entrenamiento, micrófonos y aficionados. “Es muy complicado digerir  la pérdida de popularidad y dejar de ser una estrella”, afirma Albert Costa, capitán español de la Copa Davis.

“Suele aparecer en los deportistas un sentimiento de pérdida y un gran vacío. Tienen que pasar una especie de duelo”, teoriza el psicólogo Alejo García Naveira (Colegio de Psicólogos de Madrid) al ser cuestionado por la soledad del retirado: “Muchos no saben qué hacer con el tiempo libre”.

A eso hay que sumarle la frustración de tener que buscar una nueva profesión, un abismo que puede parecer menos profundo si existe un plan B. “La retirada llega por edad, lesión o enfermedad y hay que estar preparado para cada una de ellas, asegurándote un futuro”, apunta el ex atleta Fermín Cacho, retirado en 2002 a consecuencia de una encefalitis vírica. "Es imprescindible seguir unos estudios y tener claro que la retirada llega, porque la vida del deportista es muy corta".

La inexperiencia, la falta de confianza o su instinto competitivo suele guiarles hacia el propio deporte una vez retirados. Según datos de la Fundación Adecco, el 94 % de los deportistas españoles quiere seguir vinculado al deporte: “Es a lo que me he dedicado siempre y puedo ayudar a la gente con mi experiencia”, argumenta Albert Costa, a la par que asegura no haberse "planteado otra cosa”.

Otros prefieren pasar página a medias y probar otros campos, como es el caso del propio Cacho, dedicado al mundo de la política municipal en Andújar (PSOE), lugar donde vive, aunque sigue colaborando con la Federación Española de Atletismo. "Trato de asesorar sobre cómo veo yo las cosas y haber sido deportista de élite puede ayudar a la hora de hablar con determinados cargos políticos".

Para los extranjeros también se presenta un problema igual de complicado. En el caso del africano Anicet Lavodrama, mítico jugador de baloncesto que despuntó en la ACB en los 80 y 90 y que se retiró en Valladolid, su experiencia no fue otra que la de un estudiante de Finanzas y Gestión de empresas que, gracias a una beca, logró encauzar su vida en EE UU. Posteriormente descubrió su pasión por el baloncesto, pero el trabajo ya estaba hecho: “Siempre tuve las ideas muy claras y el baloncesto nunca fue una prioridad”.

Ninguno de ellos duda en asegurar que “nadie debe dejar de lado su preparación” y que, esa labor, debe de ser inculcada por los familiares, que "son los que pueden influir a edades tempranas" en los deportistas.

El cambio de tendencia

En los últimos años, las Oficinas de Atención al Deportista, bajo convenios con las principales instituciones deportivas (COE, CSD, Comité Paralímpico... etc) aportan el apoyo necesario para potenciar, complementar y cubrir las necesidades durante la trayectoria (becas, subvenciones o asesoramiento). Pero la demanda de ayuda, el desamparo que muchas veces vive el deportista y la falta de información han potenciado programas como los de la Fundación Adecco o el PROAD del Consejo Superior de Deportes (Programa de Atención al Deportista de Alto Nivel).

"Tratamos de orientar al deportista profesional hacia aquello que le motiva, mientras permanece en activo, y, por otro lado, reinsertar en el mundo laboral a los que se retiran", explica José Luis Llorente, ex baloncestista del Real Madrid y de la selección española en los años 90, que imparte uno de los seminarios en el Programa para deportistas y ex deportistas de la Fundación Adecco (de 500 deportistas, un 50 % ya han sido integrados).

"El deportista debe trasladar los valores adquiridos durante su carrera (trabajo en equipo, tolerancia a la presión, disciplina...) a su nueva ocupación", algo que, según el propio Llorente, puede hacer más llevadero el trauma de pasar de ser "un experto en el deporte, a un novato" en el mundo laboral.

Pese a ello, aún queda mucho por hacer y para otros, como es el caso del propio Lavodrama, el futuro pasa por acercarnos más al modelo americano, en el que un deportista se forma en la Universidad y puede desarrollar su carrera deportiva en ligas profesionales. “De esta forma se equilibraría el sistema, ya que son muy pocos los que llegan a ser estrellas mundiales y éstos son los que sí se pueden permitir renunciar a todo por el deporte”.

Pero la demanda de ayuda, el desamparo que muchas veces vive el deportista y la falta de información, ha potenciado programas como los de la Fundación Adecco o el PROAD del Consejo Superior de Deportes
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