Tanto Rijkaard como Pellegrini decidieron reservar a algunos de sus hombres para sus respectivos compromisos europeos, y catalanes y valencianos apostaron por jugar un partido sin la máxima intensidad.
Sin embargo, apenas había pasado media hora de juego y, paradojas del fútbol, tres hombres ya habían sidos sustituidos por lesión: Larsson y Ezquerro, del lado azulgrana, y Gonzalo, por parte del conjunto amarillo.

El Barcelona, aún sin contar con el concurso de Ronaldinho, pensó que la mejor forma de centrarse en el choque contra el Milán era finiquitar el encuentro frente al Villarreal por la vía rápida, y puso cerco a la portería de Barbosa desde el inicio.

El Villarreal, en cambio, parecía tener ya la mente puesta en Londres y su duelo con el Arsenal. Sin Riquelme ni Forlán, al equipo castellonense le faltó pegada, pero sobre todo, más movilidad en ataque e intensidad defensiva para parar a la delantera azulgrana en la primera mitad.

Oleguer, Giuly y Edmilson ya habían avisado a Barbosa antes de que, a los diez minutos de juego, Eto'o bailara frente a Peña y se revolviera para fusilar por bajo al meta del Villarreal (1-0).

Sin que se llegara al cuarto de hora, el camerunés, muy activo en estos primeros minutos, tuvo una doble ocasión para ampliar la diferencia, pero el segundo gol no llegó y los visitantes se fueron despertando poco a poco.

Guille Franco se encontró un balón dentro del área azulgrana y disparó tímidamente sobre el cuerpo de Valdés, en la primera ocasión de los valencianos, poco antes de la media hora.

César Arzo lo intentó poco después en un remate de chilena que Valdés despejó a córner y, de nuevo, Guille Franco envió a las nubes un balón servido por José Mari que debía haber colocado en lugar de tirar a romper.

El Villarreal se había ido animando poco a poco ante un Barca que, al ver que el segundo no llegaba, optó por dosificar sus esfuerzos y sestear hasta alcanzar el descanso.

Fueros esos quince minutos de parón los que precisamente más perjudicaron a los de Pellegrini, que volvieron a saltar al terreno de juego sin una pizca de ritmo tras la reanudación.

Los de Rijkaard, como ya había ocurrido en el arranque del choque, decidieron tomar el mando del partido en un nuevo intento de sentenciar lo antes posible, pero el conjunto catalán también tenía la cabeza en Europa.

Deco, Gio, Eto'o y Maxi lo intentaron en sendos disparos, pero todos ellos se perdieron por la línea de fondo.

El Villarreal, en cambio, apenas se acercaba a la meta de Valdés. Si a caso, un nuevo disparo de Guille Franco muy desviado y alguna internada de Guayre, al que Pellegrini había dado entrada en sustitución de un desacertado Roger media hora antes del final.

Nada ocurrió en el tramo final, salvo los voluntariosos intentos de Maxi por mostrarse ante el público del Camp Nou y las ganas de Giuly por recuperar su lugar en el once.

Aún así, y con el Barca jugando en el campo del rival aunque sin la ambición ni el acierto necesarios para finiquitar el partido, el 'submarino amarillo' tuvo la mejor oportunidad de la segunda mitad.

José Mari pudo empatar a falta de ocho minutos del final, en un remate cruzado en boca de gol que se marchó rozando el poste izquierdo de la meta defendida por Valdés.

Esa fue la última jugada destacada de un partido soso y sin tensión que aún contó con un cuarto lesionado, el defensa visitante Peña, que tuvo que retirarse en los instantes finales por un golpe en el tobillo.