Sólo la mala suerte y la poca puntería impidieron ayer que el Valladolid ganara al Sevilla. Dominó, jugó mejor e incluso tuvo superioridad numérica durante la segunda parte, pero no fue capaz de marcar y el equipo hispalense firmó satisfecho el punto conseguido.

Fue el Sevilla, por medio de Luis Fabiano, el que tuvo la mejor opción antes de cumplirse el primer cuarto de hora, aunque la sensación general era que ni unos ni otros estaban jugando cómodos, al contrario, el atasco en el medio campo impidió que el fútbol de ataque encontrara huecos por los que asomarse.

La primera oportunidad del Valladolid llegó paradógicamente en las botas de Alves, quien a punto estuvo de perforar su portería a centro de Pedro López. Poco después, Jonathan Sesma pudo marcar en un espléndido testarazo.

Con la única referencia del brasileño Luis Fabiano arriba, el Sevilla se dejó manejar por el Real Valladolid que, sin la imaginación y los pases interiores de Víctor, no golpeó con la contundencia de otras tardes.

El dominió se acrecentó en la segunda parte. Ya con uno menos, el Sevilla reculó para terminar defendiéndose a pelotazos. Nunca pudo el Valladolid traspasar el cierre hispalense y hubo de conformarse con el empate.

«La ansiedad nos pudo»

El técnico del Valladolid, José Luis Mendilibar, se mostró resignado al término del encuentro. «Los puntos los pierdes cuando los tienes y nosotros no los teníamos».

Mendilibar apuntó también las causas de la falta de acierto de su equipo: «Quizás la ansiedad haya influido en los jugadores, porque veían que pasaba el tiempo, que el Sevilla jugaba con dos menos y que había opciones de ganar el partido, pero ellos plantaron dos líneas de cuatro y era muy difícil llegar».