Dávila frena al Depor

El árbitro no concede dos goles a Arizmendi en un partido repleto de ocasiones blanquiazules.
El centrocampista del Depor Estoyanoff (dcha.) protege el balón ante la presión de Riera, del Espanyol.(Torrecilla / EFE)
El centrocampista del Depor Estoyanoff (dcha.) protege el balón ante la presión de Riera, del Espanyol.(Torrecilla / EFE)
El centrocampista del Depor Estoyanoff (dcha.) protege el balón ante la presión de Riera, del Espanyol.(Torrecilla / EFE)
Riazor: 14.000 espectadores

Deportivo Aouate, Manuel Pablo, Andrade, Arbeloa, Capdevila; Estoyanoff (Adrián, min 58), Duscher, De Guzmán, Cristian (Verdú, min 81); Riki y Arizmendi (Juan Rodríguez, min 89).

Espanyol Kameni, Velasco, Torrejón, Jarque, Chica, Rufete (Coro, min 64), De la Peña, Moisés, Riera, Tamudo (Pandiani, min 74) y Luis García (Jonatas, min 82).

Árbitro Megía Dávila (Colegio Madrileño). Mostró tarjeta amarilla a Jorge Andrade, Riki y Capdevila, por parte del Depor; y a Velasco, del Espanyol.

El día que más atacó en lo que llevamos de Liga, el Depor se encontró con Megía Dávila, árbitro madrileño que no concedió dos goles a los coruñeses.

El conjunto entrenado por Joaquín Caparrós saltó al terreno de juego desatado, encadenando hasta 12 claras ocasiones de gol en la primera parte. Arizmendi, muy activo durante toda la tarde, pudo abrir el marcador tras un servicio medido de Riki: el madrileño remató al larguero y el balón botó dentro, pero no lo vieron ni el colegiado ni sus asistententes. El tanto se quedó en gol fantasma.

Después de este susto, el conjunto catalán reaccionó tímidamente, pero el portero del Depor, Dudú Aouate, apenas tuvo que intervenir en los primeros 45 minutos.

Tamudo, contra el poste

A pesar del despliegue ofensivo del Depor, el Espanyol tuvo una –y sólo   una– ocasión para llevarse el partido en la segunda parte, que Tamudo estrelló contra el poste.

Megía Dávila completó su pésima actuación anulando en el segundo tiempo un gol de Arizmendi por supuesto fuera de juego.

Caparrós no critica al colegiado

El técnico deportivista, Joaquín Caparrós, prefirió morderse la lengua ayer y no criticar la labor del árbitro, Megía Dávila: «Al final de la temporada los errores se equilibrarán con los aciertos. El árbitro no ha visto que el balón ha botado dentro y el asistente ha dudado, pero no nos lo ha dado». Sobre lo que sí hizo hincapié Caparrós fue en la necesidad de «afinar la puntería y no fallar tantas ocasiones».

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