Una operación contra el amaño de apuestas deportivas en carreras de caballos ha desvelado un escándalo que ha colocado en el centro de la polémica a toda una leyenda de la hípica en Australia.

Darren Weir, de 48 años, ha sido detenido, después de que la Unidad de Integridad Deportiva de la Policía de Victoria, asesorada por Racing Victoria (organismo que organiza estas pruebas en el estado) hicese un registro en tres propiedades del entrenador.

En estas instalaciones, encontraron varias armas no registradas, una pequeña cantidad de cocaína y, lo que es más grave, varios dispositivos llamados 'jiggers', que se suelen usar para aplicar dolorosas descargas eléctricas a los animales durante los entrenamientos. El objetivo de dichas descargas es, en teoría, mejorar el rendimiento de los caballos el día de la prueba, y obviamente son ilegales porque suponen maltrato animal.

Weir estaba al cargo de unos 400 caballos, y sus éxitos son innegables. En la temporada 2015-16, logró 348 victorias, con la Copa Melbourne a la cabeza. Sin embargo, su detención y la consiguiente investigación puede derivar no sólo en la eliminación de estos éxitos, sino en su acusación penal por obtener ventaja financiera por medio del engaño y participar en corrupción para obtener beneficios con las apuestas.