Daniel Vicente, el Oso de Irati, es de una madera especial

  • El navarro acaba octavo un Mundial en el que se compite con hacha y motosierra.
  • "No es solo coger un hacha y dar porrazos. Requiere técnica y precisión".
Daniel Vicente realiza el corte con prototipo.
Daniel Vicente realiza el corte con prototipo.
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Daniel Vicente realiza el corte con prototipo.

¿Cortar troncos es un deporte? "¡Pues claro! No es solo coger un hacha y dar porrazos. Requiere técnica, potencia y precisión. Además, hay que estar tan preparado físicamente como cualquier deportista de élite", contesta el navarro Daniel Vicente Landa, octavo en el Mundial del Deporte de la Madera, celebrado el pasado fin de semana en Lillehammer (Noruega).

Daniel vive en Ochagavia, en el Pirineo de la Comunidad Foral, y se levanta todos los días a las 5.45 h para hacer una hora de spinning. A continuación, trabaja en el monte como leñador nueve horas. Y, para rematar el día, hace un par de horas de gimnasio y de prácticas con el hacha y la motosierra, hasta las 22.15 h. "También llevo una dieta muy parecida a la de un culturista, rica en proteínas y carbohidratos porque es un deporte muy explosivo. Yo sería como un corredor de 100 metros", añade.

"Un niño" de 1,80 m y 95 kg

En el Campeonato del Mundo Stihl Timbersports Series participaron 100 atletas de 24 países. Se disputan seis pruebas (ver cuadro) y el objetivo es acabar cada una de ellas en el menor tiempo posible. "Yo mido 1,80 metros y peso 95 kg y parecía un niño entre los otros 11 finalistas. El campeón, un neozelandés, mide 1,95 y pesa 134 kilos. No tengo tanta fuerza y juego más con la habilidad", comenta el Oso de Irati, que es como le llaman sus compañeros.

A priori, podría ser un deporte peligroso, pero en los ocho años que lleva practicándolo Daniel no ha visto ningún corte. Son obligatorias las siguientes protecciones: "Además de gafas y cascos, con el hacha llevamos unos calcetines con una espinillera de malla de acero. Y con la motosierra, unos pantalones de fibra de vidrio".

A su regreso del Mundial de Noruega, el cortador navarro seguirá entrenándose "con chopos de 12 años de plantación, no salvajes, para evitar la deforestación» y utilizará los restos "como leña para las chimeneas o para hacer biomasa".

Por supuesto, no se puede vivir de este deporte en España. "Aquí es imposible. En Nueva Zelanda, Australia y EE UU, sí. En el Nacional solo participamos 30 y solo se practica de Madrid para arriba: Navarra, Galicia, Asturias, Segovia, País Vasco, Huesca, Cataluña... En cambio, en EE UU, el campeón de un torneo gana 80.000 a y un coche pick up", explica el actual campeón de España.

"Esta es una afición que se transmite de generación en generación. Mi hijo de 15 años ya está cortando", confiesa orgulloso Daniel Vicente.

Seis disciplinas

Corte con prototipo: "Se cortan tres rodajas con una motosierra modificada de 62 CV que genera una velocidad de cadena de 260 km/h", explica Daniel Vicente.

Corte en velocidad: "Sacamos dos rodajas con una motosierra de serie".

Corte en altura: "Es la disciplina más espectacular porque trabajas en altura con el hacha".

Corte vertical: "En las tres pruebas anteriores cuenta la habilidad. Estas tres siguientes son más de fuerza. Esta me gusta porque es el corte con hacha de toda la vida en España".

Corte horizontal: muy parecido al que realizan los aizkolaris vascos. "Te subes al tronco y lo cortas en ángulo con un hacha".

Corte con tronza: "Es la disciplina que más me cuesta. Hay que cortar una rodaja completa con una sierra de mano de dos metros".

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