El frío, el a priori temido CSKA Moscú e incluso el césped sintético de Luzhniki. El Real Madrid afrontó y controló todas las variables posibles en los noventa minutos del encuentro de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, pero se descuidó contra todo pronóstico en el descuento y acabó cediendo un empate (1-1) en la capital rusa. Eliminatoria abierta y desenlace en el Santiago Bernabéu, en tres semanas.

Mourinho, temeroso por las variables materiales y desconfiado por un rival que llevaba desde comienzos de diciembre sin competir, improvisó solo con Callejón y Coentrao en el once inicial, junto a su equipo tipo —con Benzemá y Cristiano en punta—, pero los -6º iniciales condicionaron el juego inicial del equipo, poco engrasado y algo ralentizado.

Por su parte, el CSKA, más habituado a estos menesteres infrahumanos, centralizó su tráfico en el nigeriano Musa por la banda de Arbeloa y provocó la primera ocasión de peligro con un centro sobre Dzagóev que remató fuera.

Los blancos no entraban en calor y, para colmo, Benzemá sentía en sus carnes la gelidez rusa con un pinchazo en el muslo derecho tras realizar un disparo desviado sobre la meta de Chepchugov. Solo se había cumplido un cuarto de hora y el Madrid fundía un cartucho.

Entró Higuaín y, a las primeras de cambio, el argentino se fabricó una ocasión cuyo disparo fue despejado por el meta rival. La sangre volvía a fluir y Khedira lo confirmaba con un disparo desde dentro del área, tras un rechace que volvía a atajar Chepgurov.

El premio, fruto del dominio, llegaría antes de cumplirse la primera media hora de juego. Cristiano, participativo, consiguió cazar un balón centrado por Coentrao al corazón del área y mal despejado por un defensor, y lo empalmó de primeras con la zurda directamente a la red.

El dominio madridista se mantuvo en la segunda mitad y Callejón pudo sentenciar el choque a los tres minutos, pero pecó de individualista y mandó la ocasión al limbo.

Replicó el CSKA, primero, con una internada de Doumbia desde el centro del campo y un disparo tibio; y después con un lanzamiento a balón parado del japonés Honda. En ambas ocasiones, Casillas no tuvo que esforzarse demasiado.

Movió ficha Mourinho para combatir el cansancio y el desgaste, y dispuso a Kaká en lugar de Callejón. La salida del brasileño animó a Cristiano y el luso perdonó hasta en dos ocasiones el segundo de la noche en un mano a mano y en un disparo lejano.

El balón seguía corriendo sobre el césped de goma, Albiol salió a consumir tiempo y el partido entró en la recta final. Despiste final, aparición de Wernbloom y volea a la red para enfriar el ambiente en el descuento. El Bernabéu calienta la vuelta.

1 - CSKA Moscú: Chepgurov; Shénnikov, V.Berezutsky, Ignashévich, A. Berezutsky; Aldonin (Honda, m.67), Wernbloom; Dzagóev, Tosic (Necid, m.82), Musa (Oliseh, m.63); y Doumbia.

1 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Coentrao; Khedira, Xabi Alonso; Özil (Albiol, m.84), Callejón (Kaká, m.75), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m.15).

Goles: 0-1, m.28: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.93: Wernbloom.

Árbitro: Bjorn Kuipers (HOL). Amonestó a Xabi Alonso, Sergio Ramos, Coentrao y a Wernbloom.

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio olímpico Luzhnikí ante 70.000 espectadores (casi lleno). Los aficionados rusos lanzaron desde uno de los fondos varias bengalas en los primeros minutos que cayeron el terreno de juego cerca del portería defendida por Casillas.