Cristiano Ronaldo dedicó este miércoles en el Wanda Metropolitano un feo gesto hacia el Atlético de Madrid y sus aficionados. Lo hizo, además, después de que su equipo perdiera por 2-0, lo que reduce su salida de tono a una pataleta por no haber encajado la derrota. "Yo tengo cinco Champions, el Atlético de Madrid, cero", dijo el exmadridista mostrando todos los dedos de su mano derecha.

No es la primera vez que el delantero portugués 'saca los pies del tiesto' en sus declaraciones. Durante sus nueve años en Madrid, protagonizó portadas tanto por su excelente rendimiento deportivo como por su excesiva tendencia a irse de tono para dar el cante.

"Es normal que la gente me tenga envidia, soy guapo, rico y buen jugador", dijo en una ocasión tras medirse al Dinamo de Zagreb en Champions. Unas declaraciones que ya casi forman parte de la cultura pop futbolística.

Tras caer por 0-1 en casa ante el Atlético de Madrid en 2016, Cristiano creyó dar con la clave de que el Real Madrid no estuviera logrando los objetivos: "Si todos estuvieran a mi nivel, estaríamos primeros".

Amor propio no le falta: "Al equipo le doy un 9, a mí un 10", confesó en una entrevista hace años a modo de balance de la temporada blanca.

La temporada pasada levantó su cuarta Champions con el Real Madrid, la quinta en su cuenta personal, como bien se empeñó en recordar este miércoles a los atléticos: "La Champions debería llamarse CR7 Champions League", aseguró en Kiev. Incluso después de una final en la que fue Gareth Bale quien llevó al equipo blanco a la gloria.

Precisamente tras el triunfo ante el Liverpool que supuso la decimotercera para el Madrid gracias en gran parte a una espectacular actuación del galés, Cristiano sintió que tenía que ser aún más protagonista: dejó caer que su etapa en el club madridista había terminado. Y así fue.

Y, nada más llegar a Turín, ya enfadó al madridismo: "La Juventus es más como una familia. En el Madrid alguien se siente más grande que los demás".

Mucho antes de poner rumbo a Italia, en 2012, CR7 protagonizó una de sus actuaciones ante los medios que más se le recuerdan: "Estoy triste por un tema profesional y en el club lo saben, por eso no celebro los goles, porque no estoy feliz. La gente aquí sabe por qué". Su tristeza la valió la renovación.

Sus celebraciones sobre el terreno de juego, sin tapujos a la hora de lucirse frente a la grada rival, y sus declaraciones fuera del césped son los principales argumentos que emplean aquellos que no le tienen en alta estima. Su aportación a la historia deportiva del Real Madrid forma parte de la categoría leyenda; su 'juego' fuera del campo, también.