Se sabe el centro de atención y le gusta. Dentro y fuera del campo, Ronaldo sabe que es pieza clave en este Real Madrid que se pierde sin la referencia del portugués.

Ante el Villarreal, el crack luso hizo su mejor partido desde que el pasado verano decidiera -para alegría de los madridistas- enfundarse la camiseta blanca. Marcó un golazo de falta directa con un golpeo que parece haber inventado él mismo y participó en cuatro de los cinco goles restantes. El Madrid acabó goleando (6-2) al Villarreal alejando, de paso, toda duda tras su actuación en Lyon.

El portugués imprime carácter al equipo, velocidad al juego, y un ritmo tan alto al partido que los rivales no son capaz de seguirle. Y así destrozó él solito al equipo de Castellón. En cualquier atisbo de remontada amarilla, allí estaba Ronaldo para frenar las ganas del 'submarino'.

90 minutos haciendo diabluras y dando la razón a aquellos (empezando por él mimo) que aseguran que los 94 millones que Florentino pagó por él es la mejor inversión que podía hacer este Real Madrid. Se acordó, incluso, de sus vecinos de Madeira, que ha sufrido una tragedia debido al temporal.

Fuera del campo, también crack

Pero el portugués no sólo mantiene su dictadura de estrella dentro del terreno de juego. Fuera, en la sala de prensa, CR9 mantiene firme a la prensa y sigue dando titulares.

Uno de ellos fue el defenderse de aquellos que le acusan de egoísta. "No pasa nada, da para todos. No estoy enfadado con nadie. Él me ha dicho que lo quería tirar y no pasaba nada. ¿Era obligatorio celebrarlo? Yo marqué un gol e Iker no lo celebró conmigo. Pero no pasa nada", indicó Ronado en referencia al penalti del 6-2 que lanzó Xabi y no él.

Pero la cosa no queda ahí. Cristiano ha pedido públicamente lo que muchos no se atreven y lo que, para casi todos, es una quimera: la continuidad de Raúl más años en el Real Madrid. "Para mí, Raúl se tiene que quedar aquí más años. Es una referencia en este club, un trabajador, un motivador y un ejemplo".

Ronaldo, genio y figura dentro y fuera del campo.  Es la dictadura de su fútbol.