La crisis del atletismo refleja la crisis de los tiempos

  • El atletismo, con buena salud a nivel popular, sigue lastrado sociológicamente en su vertiente de competición pura.
  • Los pésimos resultados obtenidos en los Mundiales de Daegu reavivan el debate sobre los problemas que atraviesa este deporte.
Manuel Olmedo, serio tras concluir cuarto en la final de 1.500 m de los Mundiales de Daegu.
Manuel Olmedo, serio tras concluir cuarto en la final de 1.500 m de los Mundiales de Daegu.
Emilio  Naranjo / EFE
Manuel Olmedo, serio tras concluir cuarto en la final de 1.500 m de los Mundiales de Daegu.

Que la cita de Daegu haya traído los peores resultados de una selección de atletismo en los 13 mundiales disputados hasta la fecha, que tan escaso botín –el bronce de Natalia Rodríguez en el 1.500 m– haya llegado en los tiempos del mayor esplendor español a nivel deportivo, en las épocas de las ayudas y las becas y las grandes infraestructuras, plantea tantas incógnitas sobre el porqué como escozores genera el cómo.

"No es lo que esperábamos. El atletismo español requiere un cambio estructural", proclamaba el lunes Albert Soler, secretario de Estado para el Deporte. Al mismo tiempo, la organización de los 10 Km de Valencia confiaba en alcanzar los 6.000 participantes el próximo 8 de enero. Es la irónica dicotomía de unos tiempos donde seduce más el atletismo como medio para estar en forma (una vez que se frisa la treintena y se encauza la vida) que la pura competición. La del atletismo, parece, es una crisis de los tiempos.

Un bajón de índole sociológica. Los escándalos y suspicacias no ayudan. El remate, la ausencia de los Mundiales de las parrillas televisivas en abierto. Los derechos televisivos y los ajustes no hacen buenas migas. "Y esto es como Internet y las empresas, que si no estás parece que no existes", opina Luis Miguel Martín Berlanas, exatleta, plusmarquista de los 3.000 metros obstáculos y director del Carnet del Corredor.

Matemáticas y oferta

El leonés Manolo Martínez, exlanzador de peso y excapitán español apostaba el lunes por el realismo de que el atletismo no es como las matemáticas: "No hay que dramatizar, porque las expectativas, con la lógica en la mano y dada la enorme competitividad, tampoco podían ser mejores. El resultado refleja la situación actual de nuestro atletismo. Y los resultados en Londres 2012 no serán muy diferentes".

"Correr es el deporte más universal y económico que existe, es la base de otros muchos, pero hoy en día la juventud ha desconectado de esa cultura del esfuerzo: correr cansa y la oferta de ocio es amplia. Antes, los juegos eran más físicos y en la calle. Ahora están los móviles, los videojuegos... La cantera se reduce. Y creo firmemente que de la cantidad acaba saliendo necesariamente la calidad", añade Berlanas.

Del Modelo y las 'mínimas'

Con el (considerado) descalabro de Daegu, algunas voces reavivan el debate de reducir las convocatorias. Luis Miguel Martín Berlanas no está de acuerdo: "Un atleta que logra la mínima debe acudir. Es experiencia. Y alguno seguro que luchará por medallas en un futuro". Otras, con Albert Soler ayer mismo al frente, pone sobre la mesa el "agotamiento" de un modelo que hay que cambiar después de los Juegos de Londres. "Otra cosa es que algunos atletas compitan mejor y otros no tan bien", consideraba el directivo.

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