El partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey entre Valencia y Barcelona (Mestalla, 20:45 horas) viene cargado de tensión: los dos equipos se agarran a la competición copera como a un clavo ardiendo porque saben que es una forma de salvar la temporada. Además, los dos entrenadores se la juegan. Así que el equipo que pierda se verá inmerso en una crisis de proporciones imprevisibles.

El Valencia parte con ventaja tras el empate a uno en el Camp Nou, pero dado su nivel de juego, no se atreve a cantar victoria. El partido es un ultimátum para Ronald Koeman: si el Valencia cae, es más que probable que el rubio holandés sea fulminantemente destituido.

Pérdida de confianza

En el Barça, una derrota supondría la total y definitiva pérdida de confianza en Frank Rijkaard: el holandés moreno no seguiría la temporada que viene.

En el plano deportivo, el Barça llega sin Deco, Messi, Ronaldinho y Giovanni, pero recupera su defensa titular (Puyol, Milito, Abidal y Zambrotta) y jugará con su tridente ofensivo (Bojan, Eto'o y Henry). El Valencia también jugará con su equipo de gala; sólo está pendiente de la duda de Helguera en el eje de la zaga.