Rudy Fernández ya puede emigrar tranquilo la próxima temporada a la NBA. El escolta mallorquín, de 22 años, lideró ayer en Vitoria al DKV Joventut hacia su octavo título de campeón de la Copa del Rey, no lo conseguía desde 1997, después de exhibirse en la final ante el TAU y tomarse la revancha de 2004 en Sevilla, donde los de Badalona cayeron ante los vitorianos.El internacional español, que fue nombrado MVP (Jugador Más Valioso) de la final –tal y como sucedió en 2004–, anotó 32 puntos, capturó tres rebotes y repartió dos asistencias.
La tónica del choque fue un calco de lo que se ha visto en esta fase final, donde la igualdad predominó sobre la vistosidad, fruto de la tensión que se respira en este tipo de citas. Después de la alternancia en el electrónico de los tres primeros cuartos, el partido empezó de cero a falta de dos minutos y medio (74-74).
Rudy tomó la responsabilidad por enésima vez y puso al equipo de Aíto García Reneses por delante (74-78). Ni el triple de Teletovic (77-78) alteró en la jugada siguiente la sangre fría de Ricky Rubio, un chaval de 17 años al que no le tembló pulso en los tiros libres (77-80). Mallet remató una faena que Prigioni no estropeó con su triple final.
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