Contador lanzó su ataque dentro de los cinco últimos kilómetros. El madrileño redondeaba así el gran trabajo del equipo Astaná, que ejerció un control casi tiránico durante toda la etapa. El conjunto de Johan Bruyneel permitió una fuga de tres ciclistas, jugó con sus diferencias y lanzó definitivamente la carrera en El Cordal, puerto anterior al Angliru. El portugués Paulinho realizó una gran labor de desgaste en el grupo de favoritos.
Sastre cede después de Viapará
El relevo de Paulinho lo cogió el asturiano Chechu Rubiera en los primeros kilómetros del Angliru. Ahí se quedó el hasta hoy Egoi Martínez, corredor de un Euskaltel que perdía a su gran baza, Igor Antón, en una caída durante el descenso de El Cordal. Antón, de hecho, se rompió su clavícula izquierda. Una baja sensible para la carrera, pues el vizcaíno, que aspiraba al podio, estaba llamado a animar la Vuelta.
Llegados a la zona de Viapará (un breve descanso antes de los seis kilómetros más exigentes del Angliru), catorce ciclistas formaban el grupo principal. Pero las primeras rampas duras, antesala del 22% de Les Cabanes, seleccionaron el grupo sin necesidad de ataques, sólo con el fuerte ritmo de un Rubiera que decía "hasta aquí trabajo" poco después. No fue el único. Carlos Sastre cedía, tirando de veteranía, mientras la cabeza de carrera quedaba conformada por dos Astaná (Leipheimer y Contador), tres Caisse d'Epargne ( Valverde, Purito Rodríguez y Dani Moreno) y el gallego Ezequiel Mosquera.
Valverde pasa al ataque; Contador, también
Con Levi Leipheimer como único compañero de equipo, el estadounidense cumplió su palabra y tiró de Contador, pero apareció Valverde para iniciar las hostilidades. El murciano, herido en su orgullo tras su fiasco camino de Suances, pegó un acelerón a seis kilómetros de la meta, toda una eternidad en la verticalidad del Angliru, y se destacó en cabeza con su compañero Purito Rodríguez y Contador.
Leipheimer fue cazado por Carlos Sastre y los dos, descolgados por atrás, fueron acercándose al trío de cabeza. Contador comprendió que era el momento y atacó. Los seis segundos de diferencia se ampliaron hasta el medio minuto con Sastre y Leipheimer. Y Valverde y Purito, aguantando el tirón, daban muestras de fatiga. Valverde se descolgó en el 12% de la zona de Llagos y su compañero, poco después. Contador no necesitó ni atacar. En el Angliru las fuerzas obedecen a las pendientes.
En solitario hacia la victoria
A partir de ahí Contador voló sólo hacia la cumbre, liviano, haciendo el bailón, levantando las pasiones de unas pobladísimas cunetas en la Cueña les Cabres (pendiente máxima: 23,5%) en las que algún que otro aficionado se empeñaba en tocar a los ciclistas en su esfuerzo. Por detrás, Valverde y Purito a lo suyo; Sastre, en su regularidad, sufría. De hecho, tras llevar durante mucho tiempo a Leipheimer a rueda, Sastre perdía contacto con el estadounidense, cuyo rendimiento ha sido excepcional .
El triunfo de Contador nunca peligró y, con un rostro que mezclaba esfuerzo y reproche, pegó su habitual disparo al horizonte. En meta aventajó en 42 segundos a un Valverde que, con una semana por delante, se fija como objetivo estar en el podio de Madrid. El Purito, tercero, llegó a 58 segundos; Levi Leipheimer, a 1 minuto y 5 segundos; Sastre, a 1 minuto y 32.
Líder de la Vuelta, y con margen
"Ni muchos menos está ganada la carrera; hay que esperar hasta Madrid", avisaba Contador tras llegar a meta. Pero la decimotercera etapa fue una jornada redonda para él y su equipo, triste para el Euskaltel y esperanzadora para el Caisse d'Epargne de Valverde. El de Pinto aventaja a Leipheimer, segundo en la general, en 1' o7", mientras que Carlos Sastre es tercero, a 3' 01". Valverde es quinto, a 4' 40".
Habrá que ver cómo afectan los esfuerzos mañana mismo, con otra nueva jornada de montaña, la decimocuarta etapa de esta Vuelta, en la que el pelotón afrontará 158,4 kilómetros entre Oviedo y la estación invernal de Fuentes de Invierno(1.497 metros), en las proximidades del Puerto de San Isidro.
El tiempo respetó
El Angliru dejó un gran espectáculo, la climatología respetó y regresó el debate de la dureza de este puerto y sus comparaciones con el Mortirolo. Sin embargo aún quedan muchos puertos de características similares repartidos por la geografía española; y dos comarcas, los Ancares y la Cabrera, en las que las etapas de montaña de la Vuelta podrían alcanzar la excelencia. Y es que, viendo la afluencia de público al Angliru, la ronda española necesita de reclamos así. Aunque el Angliru tiene su nombre propio. "Conseguí ganar en la cima mas importante de España", señaló Contador.
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