La carrera femenina de la Flecha Bravanzona, una de las clásicas belgas que se están celebrando estos días, estuvo a punto de tener una tragedia. Tan a punto que faltaron escasos milímetros. De no ser por los reflejos de Liane Lippert, del Sunweb, estaríamos hablando de uno de los accidentes más graves y surrealistas de los últimos tiempos.

Ocurrió a 117 kilómetros de la meta, en plena subida al Lotsestraat. Lippert se vio con fuerza en las piernas y decidió atacar para intentar sorprender a sus rivales. Estaba encarando las cuestas de la empinada calle por donde transcurría el recorrido cuando, de repente, una moto de la organización le llegó por su izquierda a demasiada velocidad. Tanto que de no verle por el rabillo del ojo y esquivarle, posiblemente habría acabado empotrada en la pared de su derecha.

El enfado de la joven ciclista alemana de 21 años era comprensible, y no dudó en recriminar con aspavientos y gritos al conductor de la moto su exceso de velocidad en ese punto. El incidente provocó que Lippert perdiese la oportunidad de escaparse, y de hecho acabó en 13ª posición en una jornada conquistada por la belga Sofie De Vuyst.