El final de la Liga, en cuanto al descenso se refería, se jugaba en dos ciudades separadas por 160 kilómetros. Ambas gallegas. En una se rió y en otra se lloró. El equipo que mejor lo tenía, el Dépor, no cumplió, ya que perdió 0-1 ante una Real Sociedad que, por medio del francés Antoine Griezmann, jugará la Champions. El Celta de Vigo hizo lo que debía, esto es, derrotar al Espanyol (gol de Natxo Insa).

En las otras dos ciudades en las que se jugaba el descenso, Palma de Mallorca y Zaragoza, también se vivieron situaciones enfrentadas. Los baleares golearon 4-2 (goles de Alfaro, Martí, Gio y Márquez y de Bueno y Omar) al Valladolid, pero no les sirvió de nada. Bien es cierto que estuvieron muy cerca del milagro, siendo como eran los que peor lo tenían. Un milagro en forma de gol del Espanyol que no llegó. Por su parte, el Zaragoza demostró su pésima temporada con un descenso del que se libró el año pasado, pero no éste. El partido resumió la temporada: 1-3 ante el Atlético de Madrid (goles de Postiga para los maños y de Arda y Diego Costa —2— para los madrileños).

La jornada empezó con un gol al cuarto de hora del partido de Natxo Insa para el Celta. Este gol ya salvaba a los celestes y no se movieron de ahí en toda la noche. Poco después, el Mallorca también hizo sus deberes con el gol de Alfaro. Pero donde se jugaba todo era en Riazor. El Dépor dependía de sí mismo y todo lo que hiciera afectaba a los otros tres. Y a  los 20 minutos de partido, Griezmann adelantaba a la Real frente a los coruñeses, que eran un manojo de nervios, presas de la ansiedad.

Antes de los descansos, al Mallorca le empataban y se volvía a adelantar, por lo que depositaba todas sus esperanzas en el Espanyol, ya que los resultados de Dépor y Zaragoza le beneficiaban. Un Zaragoza, por cierto, que empataba a 0-0 ante el Atleti. Arrancaron con fuerza los maños, pero Thibaut Courtois demostró por qué es el Zamora de la Liga y sacó dos balones claros de gol. Y conforme avanzaba el partido, el Atleti se estiró y empezó a perdonar a los zaragozanos, que durante toda la noche eran los que más pinta de irse a Segunda tenían.

A la vuelta de vestuarios, el Mallorca sentenciaba su partido y seguía rezando al Espanyol. Llegaban los minutos calientes y lo primero que se confirmaba es que el Zaragoza se iba a Segunda. El gol de Arda Turan dejaba a los de Jiménez sin opciones. Ganando holgadamente el Mallorca y el Zaragoza deprimido y colista, todos los ojos se fijaban en Galicia. Un gol del Espanyol en Vigo lo cambiaba todo; al Dépor le faltaban dos.

El Espanyol, en un alarde de profesionalidad, no bajó los brazos en ningún momento y buscó el empate con honradez. El Dépor luchaba contra el reloj, pero se le hacía muy cuesta arriba el partido. Seguía necesitando dos goles y cada vez quedaba menos tiempo. Y así acabó todo. Galicia dividida entre celtiñas alegres y deportivistas tristes. El Mallorca, que estaba casi desahuciado antes de empezar, pudo soñar durante unos minutos. Y acabó antepenúltimo, a un sólo punto de la salvación.