El Atlético se adueñó del balón desde el principio y, aunque no creaba mucho peligro, encerró al Celta en su campo y lo obligó a jugar al contraataque, aunque curiosamente este Celta de Fernando Vázquez se encuentra muy cómodo jugando a la contra, sobre todo porque tiene un delantero letal que no suele desaprovechar las oportunidades que tiene.
No obstante, el dominio del Atlético no se tradujo en ocasiones de gol y los rojiblancos sólo crearon peligro en las jugadas a balón parado, como en un lanzamiento del ex céltico Luccin, en el minuto diez, que Pinto despejó a córner con una gran estirada.
El primer gol del Celta, en el momento clave
Y cuando más lo estaba mereciendo el equipo de Carlos Bianchi llegó el gol del Celta. Con el Atlético jugando en campo celeste, Placente recuperó el esférico y jugó en largo para la carrera de Baiano que marcó (min. 26) tras un error de Leo Franco en el despeje, después de fallar en su primer intento.
El Atlético continuó llevando la iniciativa del partido pero con un excesivo juego en el centro del campo, provocando que Fernando Torres pasara desapercibido en el primer tiempo. Pese a todo, Pablo Ibáñez pudo empatar el choque poco después de marcar Baiano, pero Pinto volvió a salvar a su equipo.
Poco después, los gallegos, en su tercera aproximación al área de Leo Franco, consiguieron superar de nuevo al meta con un magistral lanzamiento de falta del uruguayo Canobbio, que se coló por toda la escuadra (min. 53).
El segundo gol del Celta no desarboló a un Atlético que siguió acosando al equipo vigués y en el minuto sesenta vio recompensado su esfuerzo con un tanto de Antonio López de cabeza (min. 60) tras un grave error de la defensa celeste.
El gol del lateral internacional dio alas a los rojiblancos que se lanzaron a por el empate. A Bianchi no le quedaba otra que arriesgar, y sin el serbio montenegrino Mateja Kezman metió a toda su artillería con la entrada de Maxi y Petrov.
En el minuto 76 de nuevo Pinto evitó el gol madrileño con una espectacular intervención después de una falta al borde del área que ejecutó Antonio López, y en el minuto 80 un remate de Maxi Rodríguez se marchó rozando el palo cuando el banquillo rojiblanco ya cantaba el gol.
Los últimos minutos fueron un querer y no poder de un Atlético de Madrid que no levanta cabeza pese a su mejoría en el juego.
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