Una imagen vale más que mil palabras y por mucho que se haya escrito del baño que el Atlético le dio a su eterno rival el sábado en el Vicente Calderón, la cara de la desesperación madridista fue el salvador de los blancos, su guardameta Iker Casillas.
"La madre que me parió, estamos muertos, joder", gritaba Casillas al resto del conjunto blanco, a la vez que les pedía una dosis extra de testiculina.
Raúl acabó tocado
En otra de las imágenes del derbi, Raúl, ante la insistencia de Emerson para que ayudase en el centro del campo, el capitán contestaba al brasileño: "No puedo, estoy roto. Estoy tocado".
Las palabras del siete madridista no se sabe si se refieren a su estado de forma en ese momento o a que pueda haber recaído o sufrido alguna lesión.
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