El FC Barcelona ha tomado esta mañana en el aeropuerto de El Prat un avión rumbo a Berlín, ciudad a la que llegó al filo de las 13.00 horas con vistas a afrontar este sábado la final de la Champions League. Una final donde más de mil agentes de la policía germana, que contará con la colaboración de decenas de agentes tanto españoles como italianos, velarán por la seguridad de los asistentes.

Además de la expedición barcelonista, formada por todos los jugadores y equipo técnico, la caravana de seguidores también se ha puesto en marcha este viernes, aunque durante el sábado está prevista la salida de miles de aficionados que lo harán en avión.

Este viernes, desde la explanada del Camp Nou, han partido los primeros autocares, que tienen por delante unas 30 horas de viaje antes de llegar a Berlín. De los casi 20.000 culés que acompañarán a su equipo en Alemania, se calcula que durante este viernes partirán tanto en coche, como en autocar y avión unos 5.000 seguidores.

En Berlín los aficionados barcelonistas podrán disfrutar de un gran espacio lúdico junto a uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, Breitscheidplatz, junto a la iglesia Kaiser Wilhelm Memorial. Desde esta ubicación hasta el estadio, los seguidores deberán coger la línea de metro U12, con un trayecto de unos quince minutos.

Por otra parte, la UEFA ha desplegado un gran escenario junto a la famosa puerta de Brandeburgo, donde desde hace unos días los seguidores que ya merodean por la ciudad pueden disfrutar de un espacio de entretenimiento, con música y para disfrutar de experiencias futbolísticas. Aquí ha quedada instalada la 'orejuda', el trofeo por el cual Barcelona y Juventus competirán en la final del sábado.

Los aficionados que llegan de España e Italia "son muy heterogéneos", señaló Carsten Müller, portavoz de la policía berlinesa, quien precisó que, en principio, no se espera que los seguidores de ambos equipos presenten un "comportamiento hostil relevante" entre ellos. "Partimos de la base que el comportamiento será normal y pacífico", subrayó el portavoz, quien formará parte del despliegue policial y que se remitió a su experiencia en el Mundial de 2006 en Alemania.