Ángel y Carlota Rubio, campeones del mundo de caída libre... sin paracaídas

  • Padre e hija son los mejores del mundo del paracaidismo indoor.
  • Se practica en el túnel del viento y también tiene sus riesgos.
  • "La sensación es idéntica a la caída libre y es una disciplina muy técnica".
Ángel y Carlota Rubio, entrenando en el túnel del viento.
Ángel y Carlota Rubio, entrenando en el túnel del viento.
A.R / C.R
Ángel y Carlota Rubio, entrenando en el túnel del viento.

Sí, se puede. Es posible hacer paracaidismo sin paracaídas, aunque para practicarlo (y luego poder contarlo) se necesita un túnel de viento similar a los de la Fórmula 1. Una especie de ventilador gigante que genera un potente chorro de aire capaz de mantener al paracaidista en supensión todo el tiempo que desee. Es el llamado paracaidismo indoor, o bajo techo, y los campeones del mundo son los madrileños Ángel y Carlota Rubio, padre e hija.

"La sensación es idéntica a la caída libre y es una disciplina muy técnica. Suele utilizarse para perfeccionar la destreza en el aire porque una hora de túnel de viento equivale a 60 saltos desde un avión", explica Ángel, que acumula 75 horas de experiencia en el túnel.

Y no son precísamente baratas: "La hora de entrenamiento nos sale por 1.000 euros y la verdad es que nos hemos dejado una pasta en esto. En España solo se puede practicar en la Escuela Militar de Alcantarilla, en Murcia, pero también vamos a Alemania o Inglaterra a entrenarnos".

Fue Carlota quien animó a su padre a probar la caída libre hace solo tres años y medio, pero en ese corto periodo han logrado superar a sus profesores: "Hemos tenido instructores militares con 10 y 12 años de experiencia, que también participaron en los últimos Mundiales indoor, pero quedaron terceros", dice Ángel.

Sincronización perfecta

Una de las claves del éxito en esta disciplina es la compenetración, porque consiste en realizar acrobacias en el aire y la pareja tiene que estar muy sincronizada. Ser padre e hija, ayuda. "Solo con una mirada podemos comunicarnosy también tenemos mucho tiempo en casa para probar los ejercicios antes de ponerlos en práctica en el túnel", cuenta Carlota.

Además de la diferencia de edad, Ángel tiene 50 años y Carlota 20, también se llevan 20 kilos de peso, un handicap que Carlota suple con un lastre: "Me pongo un cinturón de plomo de 18 kilos porque la diferencia de peso es demasiado grande y complicaría mucho los ejercicios. La mayoría de nuestros rivales solo se llevan uno o dos kilos de diferencia".

También hay que ir con cuidado

El paracaidismo bajo techo también tiene sus riesgos y hay que estar preparado para meterse en un túnel de viento. "Vuelas como si cayeras a más de 200 km/h y un movimiento en falso te puede empotrar contra la pared en décimas de segundo", dice Ángel. "Yo me rompí el codo en un golpe con la pared", añade Carlota.

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