El 'calendario de los traidores': las vueltas a casa más incómodas de la NBA

LeBron James, alero de Miami Heat.
LeBron James, alero de Miami Heat.
EFE
LeBron James, alero de Miami Heat.

Si algo tiene la NBA este año son partidos llenos de morbo. Parecía que la clara apuesta por una futura final entre Heat y Lakers haría la temporada, aún, más larga de lo previsto, pero tanto movimiento de estrella en el mercado el pasado verano y la forma en que se han producido algunos cambios de camiseta, ha tenido y tendrá efectos diversos. Uno de ellas repercute directamente en el ambiente en los pabellones en determinados partidos, algunos intrascendentes años atrás, que este año alcanzarán (o han alcanzado ya) cuotas de audiencia e impacto mediático inimaginables. ¿Quién iba a pensar hace medio año que partidos como la visita de Miami a Cleveland, o la de Detroit a Houston, generarían tanto interés?

Que gran parte de las victorias de Cleveland y Phoenix se marchaban a Miami o Nueva York con traspasos como los de Lebron James y Amar'e Stoudemire, ni es atractivo en diciembre, ni novedoso en una liga que se alarga hasta los 82 partidos. Por eso, la NBA se frota las manos con fechas señaladas en un calendario del que carecía años atrás. El 'calendario de los traidores'. Bautizarlo así suena duro, pero los recibimientos a Lebron James en Cleveland hace poco más de una semana y el hecho a Tracy McGrady en Houston esta, no dan opción a otro calificativo. Echando un vistazo al calendario comprobamos que cada mes encontraremos, como poco, un partido marcado por algunos de esos retornos a casa polémicos.

La tendencia, si comparamos con estrellas de otros tiempos, ha cambiado. En su día, esos retornos servían para homenajear al jugador. Así ocurrió con Charles Barkley, en su regreso a Philadelphia vistiendo la camiseta de los Suns, con Clyde Drexler, en su visita a Portland como jugador de Houston... Hoy, todos esperan que llegue el 29 de marzo de 2011 para comprobar si el tremendo enfado del público de Cleveland continúa con James. Y no es la única fecha interesante en este calendario alternativo que salvan, en parte, de la monotonía que supone que estemos ante una de las campañas más previsibles que se recuerdan, si nos atenemos a que hasta las semifinales de conferencia todo el pescado está vendido.

Lebron James

“No tengo que pedir perdón”, dijo en rueda de prensa 'The Choosen One' tras ver como los que le habían ovacionado, noche tras noche durante siete años, le abucheaban e insultaban en su regreso a Cleveland. Fue la confirmación de un divorcio que comenzó desde el mismo momento en el que James hizo un show televisivo a nivel nacional de su decisión respecto a su continuidad o no en los Cavs. Un show y una decisión criticadas ferozmente desde las oficinas de la franquicia de Cleveland hasta las calles de la ciudad, pasando por Internet (aquella noche Twitter se inundó de insultos a Lebron y las páginas de periódicos con seguidores de los Cavs quemando camisetas de LJ). Una forma de anunciar que dejaba los Cavs para irse a los Heat que no gustó a nadie.

T-Mac

Lo de Tracy McGrady, al que las lesiones le han convertido en una sombra de la estrella que fue, no es cosa del anillo. Su últimas grandes actuaciones en la NBA fueron con la camiseta de Houston, pero la última temporada, T-Mac, directamente, se borró del equipo. Tras superar una lesión que le apartó nueve meses de las canchas, aceleró su recuperación para volver. A los pocos partidos, apenas seis, algo falló. El jugador pidió publicamente el traspaso.

Nadie daba crédito al enfado de T-Mac por lo precipitado de los acontecimientos, pero el desencuentro con el equipo técnico y directivos fue tal que se le permitió no jugar de forma indefinida hasta que se buscase un traspaso, muy complicado teniendo en cuenta que era el jugador del equipo que más cobraba (23 millones de dólares). McGrady no iba a jugar, pero además quería el traspaso ya. Era su último año de contrato y, si hubiese esperado a terminar la temporada, hubiese salido libre para negociar con cualquier equipo. Ser traspasado en febrero suponía a los Rockets tener que operar con fichas de muchos jugadores que sumasen la alta cifra de la de Tracy, lo que podría dejar al equipo tejano sin opciones de cara al jugoso mercado de agentes libres que se avecinaba en julio. Por lo tanto, la mala noticia era doble, o triple. Se quedaban sin T-Mac y también sin posibles opciones de atraer a grandes estrellas en verano. Si a eso sumamos la grave lesión de la otra estrella, Yao Ming, podemos entender los abucheos dedicados a McGrady esta pasada semana en su regreso a Houston con la camiseta de su actual equipo, los Pistons de Detroit.

El caso de McGrady no fue el único el año pasado. Otra estrella en horas bajas, Allen Iverson, se hizo un 'haraquiri' similar en su breve estancia en Memphis, pero lo de 'The Answer' es otra historia.

Shaq, Boozer, Amar'e... Otras fechas señaladas

No está claro si habrá abucheos o no, pero las visitas de Amar'e Stoudemire a Phoenix, Carlos Boozer a Utah, Chris Bosh a Toronto y Shaquille O'Neal a Los Ángeles tendrán un atractivo especial. ¿Traidores o hijos pródigos? Quizá al 50%, ya veremos.

Desde que dejó los Lakers, las visitas de Shaq al Staples Center sólo han servido para comprobar el afecto y respeto que los seguidores angelinos siguen teniendo por quien les condujo a tres títulos consecutivos hace una década. Este año la cosa cambia. El viejo Shaq regresa a LA vistiendo la camiseta del eterno rival, los Celtics. La cita, el 30 de enero en Los Ángeles (el 10 de febrero será en Boston). Shaq viene saliendo como titular desde que está en Boston, por lo que la presentación del jugador ofrece dos alternativas igual de interesantes. Si le aplauden, muchos columnistas podrán titular aquello de 'aplausos a un Celtic en LA'; si le abuchean, será la primera vez que Shaq no es bienvenido en cancha de los Lakers. Si añadimos que es la primera vez que ambos equipos se enfrentan desde las pasadas finales, la cita se hace más que atractiva... Si no lo era ya al tratarse de un Real Madrid - Barça, pero llevado al universo de la NBA.

Carlos Boozer regresará a Utah con la camiseta de los Bulls el 9 de febrero. La historia de Boozer se remonta a su paso por los Cavs de Cleveland, de donde salió (precisamente a Utah) con fama de pesetero. Los Bulls llegarán a Salt Lake con Boozer, pero también con un antiguo cañonero Jazz, Kyle Korver. Los aficionados de los Jazz, de los más 'calientes' de la liga, llegarán a ese partido algo más motivados que de costumbre. Llegan los Bulls, el equipo que les privó del anillo dos años seguidos... y encima vienen con una de sus antiguas estrellas, el 'pesetero' Boozer.

Dos casos que despiertan curiosidad, aunque no está claro que haya divorcio. Son las visitas de Amar'e Stoudemire a Phoenix (el 7 de enero) vistiendo la camiseta de los Knicks de Nueva York, y la de Chris Bosh como Heat en la cancha de Toronto (16 de febrero y 13 de abril). El caso de Bosh, si exceptuamos la última temporada, en la que llegó a criticar abiertamente a compañeros por culpa de la frustración causada por la dinámica perdedora de la franquicia de Toronto, no requiere mucha más atención. Será el regreso a Toronto de Bosh, pero poco más, ya que con él y sin él, los Raptors no aspiraban a nada.

Otro tema es Stoudemire. Un superclase con un ego capaz de desquiciar a cualquiera en Phoenix. Sus enfrentamientos con Joe Johnson o Shawn Marion (que pusieron a estos dos All Star fuera de Phoenix), sus críticas a Mike D'Antoni cuando le entrenaba en los Suns (hoy le entrena en los Knicks) de quien dijo que no eran un buen comunicador, ni el entrenador ideal para un jugador que necesita hablar de temas personales, y su pasividad defensiva, le llevaron en más de una ocasión a enfrentarse con todos en Arizona. Su salida a los Knicks en verano estaba casi cantada, por lo que no ha sido como el caso de Lebron James. Stoudemire se fue por la puerta grande, dejando a los Suns como finalista del Oeste. Lo normal será ver a Amar'e recibido con aplausos.

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