La madrileña Ana Burgos, vigésima, fue la mejor española en la prueba femenina de triatlón de los Juegos Olímpicos de Pekín, en la que la australiana Emma Snowsill se colgó el oro por delante de la portuguesa Vanesa Fernandes.

Las españolas quedaron muy lejos de las vencedoras. Burgos, que obtuvo diploma olímpico en Atenas, llegó a meta cuatro minutos después que Snowsill. Peor le fue a la otra representante, Ainhoa Murua; la vasca acusó las penurias físicas que padeció en las últimas horas y entró en la vigésimo octava posición, con un retraso de 6 minutos 20 segundos.

Andreu Alfonso, director técnico del equipo de triatlón, explicó que la clave de una retrasada clasificación de Burgos estuvo en los kilómetros a nado. "A Ana le ha faltado un poquito más. Si lo hubiera hecho podía haber entrado en el segundo grupo, que después se unió al primero y se hubiera metido en la carrera. Pero ha estado bien", añadió un Alfonso que también lamentó el estado físico de la triatleta vasca.

"De Ainhoa esperábamos más sin duda. Pero el día y medio que ha estado enferma y con fiebre y la caída que ha habido en su grupo y en la que ha estado involucrada, la ha afectado", explicó Andreu.