La terrorífica imagen habla por sí misma. Tomas Jun, delantero del FK Teplice, sufrió una patada en la cara de Jiri Kladrubsky, defensa del Sparta de Praga, durante un partido de la Liga checa.
La acción, que aunque pudo ser fortuita es de una violencia evidente, no fue sancionada ni como penalti, ni como juego peligroso. El zaguero tampoco vio ninguna tarjeta.
Resulta curioso que acciones como éstas, que por su dureza pueden recordar a la escalofriante entrada que recibió Da Silva la temporada pasada, salgan impunes. En cambio, actos inocentes, como quitarse la camiseta al festejar un gol o dirigirse con vehemencia al árbitro, suelen ser castigados severamente, y en muchos casos desencandenan alguna expulsión.
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