La violencia está a la orden del día en el fútbol albanés. La última agresión la sufrió el árbitro Eldorian Hamiti en el partido entre FK Kamza y FK Laçi y ha acabado con la paciencia del estamento arbitral, que ha tomado medidas.

Hamiti pitó un penalti al final de la prórroga a favor del Laçi, que supuso el empate, lo que enfureció a los dirigentes y seguidores del Kamza. Éstos, el presidente del club incluido, entraron al campo y propinaron puñetazos y patadas al colegiado.

Los lamentables incidentes quedaron registrados por las cámaras y llevaron a la Federación Albanesa de Fútbol (FSHF) a decretar la expulsión del Kamza de la Superliga.

Lejos de disculparse, el alcalde de Kamza y principal patrocinador del equipo, Xhelal Mziu, aseguró que la expulsión es “la más escandalosa de los últimos 30 años” y criticó que la FSHF “determina quién ganará el campeonato, quién participará en las copas de Europa y quién descenderá de categoría”, aunque su equipo ocupaba la última posición de la clasificación antes de ser excluido.

Además, aseguró que la Federación debería tomar medidas contra el colegiado atacado, por prorrogar el partido y señalar el penalti “de forma injustificada”.

La situación es tan grave que la asociación de árbitros albaneses ha anunciado su boicot a todos los partidos a nivel nacional como protesta. Desde el organismo afirman sentirse “conmocionados por la extrema violencia utilizada” en la agresión a Hamiti, y que “hemos decidido no poner en juego nuestras vidas”.

La asociación destaca que los árbitros “se sienten inseguros” y asegura que volverán al césped “cuando nos sintamos seguros, cuando vuelva la Policía a los estadios y se condene a los autores de la violencia”.