Un pírrico empate sin goles no le sirvió al Atlético de Madrid para acabar primero de grupo, tras la victoria del Borussia Dortmund en Mónaco. A pesar del dominio y de las ocasiones, el equipo de Simeone se dejó arrebatar la primera posición en la última jornada, lo que podría complicar el sorteo de octavos al equipo madrileño. Arrancó el Atlético mandón en Brujas. Sin la referencia ofensiva de Kalinic, necesitaba jugar al pie y abrir el campo.

La posesión fue suya desde el principio y las ocasiones también. El plan funcionó desde el inicio por el flanco de Saúl, que llegó con claridad, pero sus tres buenos pases no tuvieron continuidad en los remates de Thomas. Rodrigo y Koke manejaban con fluidez en la medular y el equipo del Cholo aceptaba esa mínima renuncia a su estilo para imponer su superioridad técnica.

El equipo belga tan solo inquietaba a balón parado, pero tampoco obligaba a Oblak a ninguna parada de mérito. La mejor ocasión de la primera mitad fue de Griezmann, en un balón bien peleado por Gelson, pero el magistral disparo del francés desde la frontal encontró la respuesta acorde del meta Horvath. A partir de ese momento, el encuentro en una fase anodina en cuanto a ocasiones hasta el descanso.

En la reanudación, el Atleti, sin balón, se vulgarizó, sobre todo por las constantes pérdidas de Thomas. El Brujas ya no sufría. Simeone, viendo los derroteros, metió a Correa y Vitolo, en lugar de un discreto Gelson y del renqueante Lemar. La victoria del Borussia Dortmund en Mónaco obligaba al técnico atlético a quemar las naves si quería ser primero de grupo. Kalinic entró en lugar de Thomas, con veinte minutos por delante. Oblak tuvo que hacer su particular milagro con una parada con el pie a un remate a bocajarro de Peres.

El partido se rompió en los últimos diez minutos, con una buena ocasión de Correa y un disparo ajustado de Koke que se marchó por poco. El equipo rojiblanco fue un quiero y no puedo hasta el final. Un mal resultado que le dejó en la segunda posición del Grupo A. Una pena.