Billy Monger se ha convertido en un ejemplo de superación no sólo para cualquier piloto, sino para cualquier deportista. Este joven apasionado del automovilismo está empeñado en demostrar que a pesar de perder sus dos piernas en un espeluznante accidente en 2017, puede competir de tú a tú con pilotos sin discapacidad.

Y vaya si lo hace. Al volante de su Carlin adaptado, ha logrado una memorable victoria en el Gran Premio de Pau, del campeonato EuroFórmula Open, en la que no sólo ha demostrado su pundonor, sino que además ha dado una lección de inteligencia. Ha sido su primera victoria en monoplazas.

Pese a clasificar en undécimo lugar, decidió cambiar a neumáticos de lluvia justo al final de la vuelta de calentamiento, lo que le permitió tener una ventaja crítica sobre sus rivales para remontar con la pista mojada en las primeras vueltas. Lo hizo, además, demostrando carácter y una cierta indisciplina que, en este caso, le vino bien. "Mi ingeniero y yo estábamos discutiendo por la radio. Él me decía que nos quedáramos en 'slicks' (neumáticos de seco), pero la pista estaba tan resbaladiza que decidí entrar a boxes. Y fue la decisión correcta", confesó después.

Es un paso más de una historia que le ha convertido en un ejemplo en el que pilotos tan experimentados como Lewis Hamilton se fijan para triunfar en la Fórmula 1. "Hace dos años simplemente no creía que estaría ganando carreras", decía Monger, de 20 años recién cumplidos.