El Sevilla no ha sido capaz de pasar del empate frente al Olympiakos (0-0), a pesar de haber jugado el tramo final del choque con un futbolista más. El cuadro español ha tenido el control del partido en largos tramos del choque, pero la falta de acierto en el remate y la espesura en algunas acciones le acabaron condenando.
Quique Setién utilizó una de las variantes que maneja en su repertorio desde que aterrizó en el Betis, y salió en Grecia con una doble punta (Sergio León y Loren Morón) que derivó en un cambio también en la composición de su medio campo. La primera titularidad de Lo Celso sitúo al argentino acompañando en medio campo a Guardado y a Joaquín, manteniéndose los centrales.
El cuadro andaluz tenía el control del partido, pero no conseguía profundizar. Los delanteros no tenían espacio para desmarcarse, y los dos carrileros (Barragán y Tello) no estuvieron demasiado acertados cuando se trató de poner la pelota al área. De hecho, sólo un disparo cercano de Loren y un remate lejano de Lo Celso intimidaron la meta de Giannidis, y de hecho el equipo griego tuvo una gran opción a través de Podence, que en una gran posición mandó el balón alto.
En la segunda mitad el Betis tuvo la mejor opción del partido. Corría el minuto 60 cuando Sergio León se aprovechó de un error de la defensa griega para correr hacia portería rival, pero aún estando Loren Morón sólo a su derecha, buscó el remate y erró, pecnado de un excesivo egoísmo.
Quique Setién buscó modificar cosas, quitando un centrocampista y jugando con un delantero más (Lo Celso y Joaquín adelantaron su posición para acompañar a Loren), pero no logró el tanto a pesar del dominio posicional, y a que jugó 20 minutos con un jugador más por la tarjeta roja que vio en el minuto 72 Konstantinos Tsimikas.
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