El partido que disputaron el Inter y el Milán dará que hablar, pero no por el futbol, sino por los incidentes y, próximamente, por los comités de disciplina, multas y fuego cruzado.

Una bengala cayó en el hombro derecho del portero brasileño del Mián, Dida. Fue la manera de protestar por parte de la hinchas del Inter, indignada con la anulación de un gol del interista Esteban Cambiasso.

El argentino había marcado, en teoría, sin hacer falta en su salto, pero el colegiado Markus Merk lo anuló.

Dida pagó la ira de los aficionados del Inter. Su portería y aledaños se llenaron de todo tipo de objetos, botellas, bengalas. Incluso un paraguas pudo verse por allí.

La imagen resultó deplorable. En el momento de suspender el partido, el Milán tenía resuelta la eliminatoria por 3-0. Caminaba el partido por el minuto 71.

Es decir, resuelto para el Milán, que ya en la ida había despachado al Inter (2-0).

Veinte minutos después del incidente de la primera bengala de Dida, se intentó reanudar el partido. Salió Abbiati por Dida para atemperar los ánimos. Pero fue imposible seguir. Una batería de bengalas no cesó de caer al césped.

Ahora la Comisión de Control y Disciplina de la UEFA tendrá que decidir oficialmente el resultado de este partido, aunque lógicamente el Milán es seguro semifinalista de la Liga de Campeones.