Con la derrota ante el Chelsea en Europa League (2-1), el Benfica no logra romper la maldición del húngaro Béla Guttmann, quien predijo a los lisboetas una sequía después de hacerle campeón continental hace 51 años, y pierde por séptima vez consecutiva una final continental.
El coloso portugués, campeón de la Copa de Europa en dos ocasiones (1961 y 1962), ha perdido cinco finales de la máxima competición continental (1963,65,68,88 y 90), una de la UEFA en 1983 y la de este miércoles de Liga Europa ante el Chelsea.
Béla Guttmann, técnico húngaro que levantó dos Copas de Europa consecutivas con las Águilas en la década de los 60, fue quien lazó este macabro conjuro en 1962. Ese año, el Benfica ganaba su segunda Copa de Europa consecutiva, esta vez al Real Madrid. En la previa, la directiva del equipo portugués, considerándolo una hazaña imposible, había prometido una prima económica al técnico si conseguía el título. Algo que no cumplió cuando Guttmann reclamó su parte.
Dolido, el húngaro dejó el club portugués y como venganza lanzó una maldición que ha mantenido al Benfica alejado de la gloria europea. Desde entonces, siete finales y otras tantas derrotas.
El fiasco en Europa llega tras el disgusto en la Liga portuguesa, ya que el pasado fin de semana, el Benfica también dijo adiós al campeonato doméstico en favor del Oporto.
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