El Barcelona cambió brillantez por suerte

Ni Ronaldinho ni Riquelme, sino Peña se convirtió en el involuntario protagonista del duelo entre el Villarreal y el Barcelona, ya que el boliviano fue el autor de dos goles en propia puerta que premiaron el mejor juego de los catalanes, que pese a no exhibir la brillantez de otros encuentros fueron más equipo que los locales.
El Villareal se marcó dos goles en propia puerta (Efe).
El Villareal se marcó dos goles en propia puerta (Efe).
Efe
El Villareal se marcó dos goles en propia puerta (Efe).

El juego de fantasía del Barcelona se resintió sin la presencia del lesionado Xavi, pero los jugadores hoy dirigido por Ten Cate, realizaron un partido muy serio y desactivaron el fútbol de un Villarreal desconocido.

El Villarreal saltó al terreno de juego con mucha intensidad y a los dos minutos Sorín puso a prueba a Valdés, que en su salida tumbó al argentino, aunque el colegiado no apreció pena máxima ante el enfado de los locales.

La libertad de movimientos de la que disfrutaba Riquelme permitió que el Villarreal tuviera la posesión del balón y llegara con peligro al área barcelonista, donde Josico, en dos ocasiones tuvo la oportunidad de inaugurar el marcador.

La labor en la medular de Motta y Deco comenzó a dar sus frutos al conjunto barcelonista, que poco a poco niveló el encuentro, aunque en ataque tan solo Messi daba sensación de peligro.

Una falta lo cambió todo

Una falta escorada a la derecha del área local cambió el rumbo del encuentro. Ronaldinho lanzó con potencia y el balón botó ante el meta Viera que despejó con los puños con tan mala fortuna que el rechace dio en el cuerpo de Peña y acabó en el fondo de la portería.

La fortuna sonreía al campeón y minaba la moral de los castellonenses que fueron a remolque del Barcelona en lo que restaba de primer periodo.

Los catalanes se hicieron con el mando del partido y aunque apenas inquietaron al portero uruguayo del Villarreal, sí que consiguieron que los de Manuel Pellegrini no tuvieran el balón y deambularan perdidos sobre El Madrigal.

En la reanudación el Villarreal trató de imponer su ritmo al partido aunque fue inútil. La buena disposición táctica del Barcelona y su efectiva presión impedía a los castellonenses jugar con claridad de ideas.

De nuevo la fortuna se alió con el Barcelona de cara al gol, cuando un lanzamiento de Deco desde la media distancia, tropezó en el cuerpo de Peña y acabó convirtiéndose en el 0-2, ante la desesperación del boliviano.

El tanto descolocó más aún al Villarreal lo que a punto estuvo de aprovechar Messi para conseguir el tercero. En los minutos finales, el Barca tuvo que ceder ante el ímpetu del Villarreal que con más fuerza que cabeza buscó con ahínco el gol que le permitiera meterse de nuevo en el partido, aunque Víctor Valdés resolvió con eficacia las escasas ocasiones en la que los castellonenses le pusieron a prueba.

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