El objetivo del Barça es no confiarse ante un Liverpool con muchas bajas

Messi presionado por Fabinho y Milner en el Barça - Liverpool.
Messi presionado por Fabinho y Milner en el Barça - Liverpool.
EFE
Messi presionado por Fabinho y Milner en el Barça - Liverpool.

A un paso de la gran final de la Champions está el Barça. Este martes (21 horas), en Anfield, defiende el buenísimo resultado que logró el pasado miércoles en la ida del Camp Nou, un 3-0 que dejó a los azulgrana a las puertas de jugar el partido del año, el que se jugará en el Wanda el 1 de junio entre el equipo que salga vencedor este martes y Ajax o Tottenham, que se enfrentan este miércoles en Ámsterdam.

Si el resultado ya hacía que los de Valverde fueran muy favoritos, más aún lo son después de todo lo que ha sucedido en el conjunto inglés en los últimos días. La baja de Roberto Firmino ya estaba confirmada desde el fin de semana, y a ella se suma la de Mohamed Salah, la gran estrella de los reds. El egipcio tuvo que abandonar el terreno de juego del St. James' Park en camilla en la segunda parte del choque ante el Newcastle del sábado, y ayer Jurgen Klopp confirmó que no podrá jugar el decisivo duelo ante el Barça.

"Está mejor, pero no va a jugar. No estará disponible contra el Barcelona", dijo el entrenador alemán nada más comenzar la rueda de prensa de ayer previa al encuentro. Así, el Liverpool no podrá contar con dos de los tres componentes de su tridente estrella, Salah-Firmino-Sadio Mané, por lo que solo el senegalés saltará al campo hoy en Anfield.

En el Barça, la única baja es la de Dembélé, por lo que la gran duda es si Valverde saldrá con Coutinho, apostando por el habitual 4-3-3, o si preferirá reforzar el medio del campo con un centrocampista más, en cuyo caso podrían entrar Arthur o Sergi Roberto junto a Vidal y Rakitic, que parecen fijos tras su buen papel en la ida.

El gran enemigo del Barcelona para la eliminatoria es la relajación, que el equipo se confíe pensando que está todo hecho. Sin embargo, los azulgrana tienen un buen número de motivos para salir a tope y no pensar que está ya todo hecho.

Lo ocurrido en Roma

En la memoria de todos los seguidores del FC Barcelona está la debacle ocurrido en Roma hace un año en cuartos de final de la Champions.

Los azulgrana llegaban con una cómoda renta, 4-1, y se enfrentaban a un rival a priori inferior. Pese a ellos, los de Valverde quedaron eliminados tras realizar un desastroso partido en el que cayeron por 3-0. El gol final de Manolas tras un córner aún duele en el barcelonismo.

Un desastre fuera de casa

El de Roma no es el único resultado desastroso de los culés en las últimas temporadas. En 2017 cayeron goleados en París ante el PSG (4-0) y en Turín ante la Juventus (3-0). Los malos resultados a domicilio son una constante de este Barça 100% fiable como local pero irregular e imprevisible como visitante.

La calidad del rival

No están Firmino ni Salah, pero sí Sadio Mané. Y jugadores como Sturridge y Origi, vitales el fin de semana ante el Newcastle, querrán reivindicar su calidad.

Pero además el Liverpool tiene otros jugadores de gran peso como Fabinho, Van Dijk, Robertson, Alisson, Milner o Wijnaldum.

El control del juego

El 3-0 de la ida fue un resultado ciertamente engañoso. El Liverpool tuvo más y mejores ocasiones que el Barça, pero no las aprovechó. Se podría decir que los de Valverde, pese a todo, no dominaron el ritmo del partido. El gran objetivo de los azulgrana en Anfield será que se juegue a un ritmo más bajo, que no haya tantas ocasiones de gol. Aunque Valverde explico que "no tenemos que pensar en tener el control, tenemos que atacar".

No jugar con el resultado

"Tenemos que jugar como si no hubiera nada antes ni después", dijo en la rueda de prensa de ayer Ernesto Valverde. Uno de los peligros para el Barça puede ser jugar con el resultado, encajar un gol y echarse atrás, no buscar con la suficiente intensidad un tanto que dejaría la eliminatoria prácticamente decidida.

La relajación

La mayoría de los jugadores del FC Barcelona han tenido una semana de descanso, pues en Vigo jugaron los suplentes dado que la Liga está ya en el bolsillo.

"Reservé jugadores por evitar el riesgo de lesiones, que, como se ha demostrado, puede ser un problema, como nos pasó con Dembélé", explicó Valverde. Pero el Barça no puede perder la tensión competitiva si no quiere llevarse un buen susto en Anfield.

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