Quinto minutos aguantó el Real Madrid al Barcelona. Lo suficiente para que el conjunto blaugrana se asentara en la cancha, se pusiera el mono de trabajo y diera un repaso a un club blanco que acabó perdiendo los nervios.

Los blancos asumieron el rol de anfritriones a lo largo del primer cuarto (18-14) con más corazón que argumentos. El cuadro del Palau, mientras, calentó motores sin dejarse someter en espera dejar las cosas en su sitio natural.

El Madrid, lastrado por la vía de agua que las ausencias del serbio Igor Rakocevic y del hispano-estadounidense Venson Hamilton le han abierto en el casco, empezó a echar de menos al escolta Louis Bullock.

Por su parte, Dusko Ivanovic, técnico blaugrana, diseñó una tela de araña defensiva para maniatar a 'Swett' Lou, la única amenaza segura que le esperaba en la pista madrileña.

Anulado el norteamericano por la pizarra y la férrea vigilancia de Rodrigo de la Fuente, el Barca comenzó a aprovechar todas las ventajas de las que dispuso frente a su gran rival en el segundo cuarto.

Sólo Felipe Reyes intentaba sujetar a un Madrid que empezó a desinflarse en el segundo cuarto y ya no remontó el vuelo en todo el partido.

Se llego al descanso con seis puntos de diferencia (33-39) a favor de un Barça que ni siquiera acusaba la extrañamente escasa cuenta de Juan Carlos Navarro.

Ineficacia e impotencia

El Barca, ayudado por un paupérrimo porcentaje de triples local -tres de veintiuno en total-, comenzó a aumentar las diferencias, llegando con un 48-57 de ventaja al último cuarto.

El partido ya estaba prácticamente ganado, pero Felipe Reyes, el mejor madridista, pecó de rabia e impotencia y recibió dos técnicas, una a cinco y otra a cuatro minutos de la bocina. Eran la expresión máxima del ganador frustrado.

El Barcelona llegó a alcanzar una diferencia de 24 puntos, pero no quiso hacer más sangre en el conjunto local y bajó el listón hasta llegar al 70-88 final que deja la eliminatoria vista para sentencia.

El próximo viernes a las 20:15 h se disputará el tercer encuentro, en el Palau Blaugrana.

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