El Barcelona dispara primero

El Barcelona puso un pie en la Final a Cuatro de Praga al iniciar la serie con el Real Madrid, en la que ya partía con la ventaja del factor pista, con un triunfo holgado (72-58), pero sobre todo con una demostración de que, a día de hoy, la mejor plantilla es sin duda la azulgrana.
De La Fuente protege el balón ante la presión de Bullock (EFE).
De La Fuente protege el balón ante la presión de Bullock (EFE).
Agencias
De La Fuente protege el balón ante la presión de Bullock (EFE).

El equipo de Dusko Ivanovic dejó poco lugar a equívocos y puso en evidencia que las diferencias que refleja la clasificación ACB.

Pese a esa certificación de superioridad barcelonista, el primer cuarto fue sin embargo del todo igualado, con ambos técnicos dejando claro que se mantenían fieles a las consignas lanzadas en la previa con una apuesta compartida por la defensa como base táctica.

Pero en el segundo cuarto, la aportación el Barcelona combinó un nuevo giro de tuerca en su labor defensiva con uno de esos momentos de inspiración en ataque por los que de vez en cuando atraviesa Shammond Williams.

Quizá para impresionar a su presidente, Joan Laporta, que apareció por el Palau Blaugrana después de un año sin sentirse querido en el territorio del baloncesto azulgrana, Williams obsequió a los presentes con una serie de tres triples consecutivos que dejó tocado al Real Madrid.

Ese acierto del base estadounidense y el impecable trabajo en defensa de él y de sus compañeros dejó además al rival con sólo ocho puntos anotados en este segundo cuarto y estableció en ocho puntos las diferencias al descanso (34-26).

En la reanudación, la defensa azulgrana y Williams siguieron a lo suyo.

El Real Madrid sólo contraponía el pundonor de Felipe Reyes.

Sin tregua

Al Real Madrid se le habían encasquillado todas sus armas y ni Louis Bullock anotaba ni Igor Rakocevic desbordaba.

El Winterthur Barcelona estaba lanzado, dispuesto a poner la primera de las dos piedras que necesita para certificar su camino a Praga, así que lo único que podía llegar en el último cuarto era una nueva sucesión de diferencias máximas que, esta vez, llegaron a los diecisiete puntos (59-42, min.35). L

La defensa azulgrana tampoco daba tregua, como exige siempre Dusko Ivanovic, y las pérdidas de balón eran constantes por el Real Madrid, con lo que la ventaja del barcelonista se estiró hasta los veinte puntos (64-44, min.37).

Al final, la cosa quedó en 72-58 con Ivanovic, que poco necesitó de Juan Carlos Navarro pese a su temor por perderlo por lesión, pidiendo desde la banda concentración con el partido decidido y con la serie teñida ya de azulgrana.

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