El bofetón que hace unos días asestó el internacional alemán Lukas Podolski al capitán de su selección, Michael Ballack, en el partido contra Gales, ha pasado a manos de la justicia germana, a pesar de que el seleccionador dijo que habían hablado entre ellos y que todo estaba arreglado.

La fiscalía de Colonia abrió sumario, ante la demanda presentada por una persona cuya identidad no se ha revelado, por agresión física contra el capitán de la selección alemana.

El incidente ocurrió el primero de abril, en el partido de eliminatoria para el Mundial de 2010 entre Alemania y Gales, que se saldó con victoria de los de Ballack por 2-0. La "jugada" más destacada fue el bofetón en la cara que en un momento le plantó Podolski al capitán, ante la estupefacción del propio Ballack y resto del equipo.

Ballack le había llamado la atención invitándole a "moverse", a lo que el impetuoso Podolski reaccionó de mala manera. Tras el partido el seleccionador, Löw, respaldó a su capitán y recordó que lo único que éste había hecho era transferir al jugador sus órdenes. Podolski se disculpó, pagó 5.000 euros que se destinarán a campañas de juego limpio y el asunto se dio por zanjado.

De prosperar la demanda, presentada en Colonia por ser el lugar de residencia del agresor, no podrán enterrar el asunto del bofetón con la rapidez que han intentado desde la Federación pero la propia fiscalía ha admitido la demanda con escepticismo, ya que duda sobre si la competencia no sería de los colegas galeses, ya que el "lugar de los hechos" fue el estadio de Cardiff.