Se esperaba una buena jornada para los siete barcos participantes ya que las condiciones de viento eran buenas, pero las cosas no fueron nada bien para casi ninguno.

 

 

El balance de la primera noche de esta Vuelta al Mundo es bastante desalentador. El Movistar ha puesto rumbo a Cádiz para arreglar el barco ya que existe un problema de seguridad que obliga a cambiar el rumbo.

 

Bowe Bekking, patrón del barco, informó por radio que los vientos del norte de 40 a 50 nudos y el fuerte oleaje le ha provocado el delaminado de una de las cuadernas maestras donde tienen las fijaciones del sistema hidráulico de la quilla basculante. Lo peor de todo es que una vez en el puerto gaditano se decidirá si se puede arreglar allí o si se tiene que trasladar el barco, a bordo de un carguero, a Ciudad del Cabo, donde está el final de la primera etapa.

 

 

Pero no ha sido el único que ha tenido problemas. El Piratas del Caribe ha puesto rumbo al puerto de Cascais, en Portugal, para mirar si sus problemas de quilla son graves. Por su parte, el Ericsson tuvo que arriar velas tras la rotura de su botavara, el ABN Amro 1 también tuvo que disminuir su velocidad y el Sunenery australiano ha tenido problemas en sus dos timones y con sus velas, por lo que ha tenido que reducir su velocidad a no más de 20 nudos.